miércoles, 24 abril 2024

Química y deporte

Al azar

Robert Ramos Blanco »

Os propongo un tema de actualidad. ¿Quién de vosotros no practica algún deporte, sea a nivel profesional o por hobby? La práctica del deporte es muy beneficiosa para la salud física y psicológica de la persona. Ya lo dijeron los griegos, cuya civilización fue la primera en considerar el deporte como una parte indispensable del desarrollo humano: mens sana in corpore sano.

El deporte, como todo en esta vida ha ido evolucionando tanto en la propia práctica como en las marcas batidas y es que el lema olímpico, “más rápido, más alto, más fuerte”, define una de las cualidades propias del ser humano, el propio instinto de superación.

Lo cierto es que, por mucho instinto de superación que tengamos como seres humanos, no dejamos de tener unos límites físicos. Una vez hemos alcanzado estos límites, es donde entra la química. A través de ella somos capaces de mejorar metas inalcanzables hace años y de hacer cosas que antaño se consideraban imposibles. Aquí van algunos ejemplos de cómo la química está, cada vez más, en íntimo contacto con el deporte.

El golf

La evolución de las pelotas de golf primigenias (madera, rellenos de pelo de vaca forrada en piel) ha sufrido un cambio radical gracias a la química. Así, la química de polímeros ha jugado un papel fundamental y con los ionómeros blandos (polímeros de etileno, ácido acrílico o metacrilato y acrilato) se consiguió una pelota que reblandecía el material y proporcionaba un tacto mucho más suave.

Actualmente se está trabajando con nanotecnología para tratar de sintetizar “la pelota perfecta”.

Ciclismo

Este deporte empezó a ser popular cuando por el 1888 el Sr. Dunlop inventó la cámara de aire. Mucho ha llovido desde entonces y, gracias a la química, se han podido sustituir cuadros extremadamente pesados de acero por otros compuestos por aleaciones de titanio y fibra de carbono. En los neumáticos se utiliza un caucho químicamente sintetizado que evita la pérdida de aire; los sillines se recubren de un elastómero que los hace más confortables.

Patinaje

El origen de los primeros patines se remonta a la edad media donde se solía atar un hueso de animal al pie con correas de cuero, ante la inexistencia de ruedas, nuestros antepasados se conformaban con resbalar sobre el suelo. Actualmente, la química está presente en cada una de las partes de los patines. Así, las botas son de plástico o de fibra de carbono, los ejes sobre los que descansan las ruedas son de aluminio, plástico o fibra de carbono, las ruedas de poliuretano…

Deportes de nieve o hielo

Mucho habría cambiado la historia si el malogrado Sir Scott hubiera podido disfrutar de los avances que la química proporciona a estos deportes de invierno. Por ejemplo, la ropa de esquí está creada a partir de mezclas de para-aramida, poliamida, elastano o politetrafluoroetileno. Los trajes de travesía ártica o antártica son herméticos pero permeables al vapor de agua. En condiciones extremas, esta estanqueidad protege al cuerpo de toda exposición al hielo y de su propia transpiración.

En las alturas de las montañas, las fibras sintéticas de goretex o thinsulate protegen al alpinista del frío y la lluvia. Las tiendas de campaña cuya cobertura es de nylon así como los sacos de termalite son un seguro de vida a 8000m de altura.

Otro ejemplo es el del patín sobre hielo, cuyo interior está fabricado de un poliéster de para-amida que hace que el patín se adapte al pie perfectamente.

Tenis

Lejanas parecen ya aquellas raquetas de madera. Ya por los años 80’ se comenzaron a introducir materiales químicos en esta disciplina, así, la fibra de vidrio, de carbono, el grafito, el kevlar o la cerámica son ejemplos de cómo la química ha ayudado a Rafa Nadal a ganar todos esos torneos.

Fútbol

Qué decir del fútbol, nuestro deporte rey. No hace tantos años, los balones de fútbol eran de cuero. Esta circunstancia no haría posible los slalom de Messi ni las bicicletas de Ronaldo, pues cuando llovía, el balón aumentaba mucho el peso con el consecuente riesgo de lesiones. En la actualidad, el recubrimiento de los balones es poliuretano que es un material impermeable al agua. El interior de la pelota que tantas penas y alegrías nos da es también de poliuretano o de caucho butilo, esto hace posible que el aire no se escape del interior.

Otros deportes

Sin ir más lejos, las antiguas botas de cuero han sido sustituidas por materiales químicos como por ejemplo el policloruro de vinilo, caucho butilo o el poliéster. Esto otorga, por ejemplo, una gran resistencia al impacto.

Otro ejemplo es el de la cobertura de las pistas de baloncesto con PVC. Esto ha evitado miles de lesiones de rodilla.

Bajo el mar, la química también contribuye de forma notable. Por ejemplo, los trajes de submarinismo están fabricados en espuma de butilo o neopreno, otorgan al submarinista aislamiento del frío de las profudidades oceánicas.

Hemos hablado de materiales pero la química también está presente en otros aspectos relacionados con el deporte, a nivel nutricional (aminoácidos, vitaminas), farmacológico (cafeína), fisioterapéutico (como el reflex que provoca un enfriamiento del músculo cosa que a su vez genera un alivio sintomático)… y es que no debemos olvidar que todo es química, nuestro propio cuerpo lo es. Cuando practicamos deporte, infinidad de reacciones bio(químicas) se dan en nuestro interior, secretamos serotonina, generamos reacciones de glucólisis donde transformamos la glucosa en energía…

Espero que este breve artículo les sea de utilidad, y porqué no, que algún día tengamos el conocimiento para crear algún material que haga la vida del deportista y de las personas, más fácil.


Más información:

http://iesparquegoya.es/files/FQ/Qu%C3%ADmica%20y%20deporte.pdf

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