jueves, 25 abril 2024

Crece la fuga de cerebros de países pobres

Al azar

Saúl J. Escalera »

Un reciente informe del Banco Mundial explica que los bajos salarios o poco reconocimiento profesional hacen que profesionales latinoamericanos expertos emigren a otros países, especialmente Estados Unidos y la Unión Europea, los principales receptores de profesionales latinoamericanos.

Según David McKenzie, experto del Banco Mundial, las cifras de profesionales latinoamericanos con educación superior de tercer y cuarto niveles varían según los diferentes países, desde un 5 por ciento en Costa Rica hasta el 14 por ciento registrado en Argentina; comparado con Canadá, Estados Unidos o España donde la tasa supera el 15 por ciento. Sin embargo, un buen número de estos profesionales no se queda en su país de origen. McKenzie ha detectado que el factor salario es, sin duda, el factor más importante para que los científicos latinoamericanos emigren, porque el salario base, el prestigio del empleador y las oportunidades de desarrollo profesional son un arma de doble filo, ya que son causantes tanto para que un profesional decida quedarse o marcharse de una empresa. En este sentido, el talento latinoamericano que decide buscar mejores oportunidades lejos de su país de origen opta mayoritariamente por los países más ricos, pues son los que tienen una mayor capacidad para atraer talento.

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1. Ayudando a la Fuga de Cerebros: Estilo Boliviano

Es mundialmente conocido que existen dos escenarios donde los profesionales de alta graduación a nivel de M.Sc. y Ph.D. tienen posibilidades de trabajo: (a) las escuelas de postgrado y centros de Investigación y Desarrollo (I&D) en universidades públicas y privadas, y (b) los centros de I&D en empresas e industrias que apuntan a ser competitivas. En el panorama boliviano, el presente artículo enfoca el problema en ambos escenarios.

En el primer escenario, estudios realizados por el autor de este artículo en la última década sobre el estado de los programas de Postgrado en las universidades bolivianas y la fuga de cerebros de Bolivia a otros países, han demostrado que las universidades públicas y privadas bolivianas, impulsadas especialmente por razones económicas, parecen haber perdido el horizonte de excelencia que debe caracterizar a toda institución de educación superior y muchas se deshacen con mucha facilidad de docentes de alta graduación académica (M.Sc. y Ph.D.) formados en Estados Unidos, Europa y Japón y prefieren a profesionales de baja graduación para el ejercicio docente. Además, se observa que muchas universidades privadas tienen condiciones académicas pobres para el ejercicio profesional de calidad, porque la falta de programas de Investigación y Desarrollo (I&D) en las universidades hace que los profesionales a nivel de M.Sc. y Ph.D. no tengan oportunidades de trabajo.

En el escenario empresarial e industrial boliviano – estatal y privado – no existe la costumbre de tener divisiones de I&D para desarrollar nuevos procesos y productos innovadores que les permita ser altamente competitivos en el concierto regional y mundial, y donde los profesionales de alta graduación tengan oportunidades de trabajo.

Pero, el problema de fuga de cerebros requiere de un análisis más profundo y al parecer las razones son muy variadas y a veces complejas, donde las siguientes parecen ser importantes.

  1. El proceso de desadaptación de su propio país, debido a los factores de distancia y tiempo, ha formado en el joven profesional un sentido agudo con respecto a Bolivia y a los bolivianos. Su escala de valores se ha modificado y, aunque muchos parecen negarlo, el país donde estudió es su modelo de referencia para su análisis crítico de las condiciones imperante en su país de origen. Este hecho, añadido a que el becario ha adoptado las costumbres, usos y hasta manera de pensar del país donde estudió, hace que el becario se sienta «desadaptado» en su antiguo medio; parece ser más bien un «extranjero» entre sus antiguos amigos y conocidos y estos tienden a rechazarlos
  2. La situación económica y el ambiente académico de las universidades bolivianas – públicas y privadas – es tal, que parece ser imposible para un joven científico encontrar condiciones adecuadas de crecimiento profesional a las que se ha acostumbrado en el exterior. En efecto, existe falta de oportunidad de investigar y desarrollar tecnología (I&D) con el fin de mejorar su nivel científico, así como de información científica y/o tecnológica en las bibliotecas universitarias.
  3. En la última década, la oferta de programas de cuarto nivel (postgrado) en las universidades bolivianas – públicas y privadas – ha proliferado y donde los profesionales bolivianos de alta graduación (M.Sc. y Ph.D.) deberían ser contratados, sin embargo, existe la tendencia de preferir a profesores extranjeros, hecho que ahonda aún más el efecto de desempleo de los científicos nacionales.
  4. Las universidades no dan al profesional retornado oportunidades de dirigir centros académicos o de I&D acorde con su preparación y experiencia profesionales, generalmente el nombramiento se lo hace por razones más políticas y económicas que académicas. Ya hubo un ex-rector de la UMSS de Cochabamba que dijo: «Aquí no necesitamos doctores«. Y recientemente, un rector de una universidad privada retiró a un joven Ph.D. formado en Europa con beca por razones totalmente baladíes. Pero, el problema de fondo es que las universidades bolivianas, en general, no conciben la docencia como una profesión donde deben haber jerarquías de conocimiento y experiencia profesional que requieren de un escalafón académico y económico con diferentes escalas, y parten del supuesto de que igual vale un ingeniero o licenciado recién titulado en Bolivia que un magister o doctorado con estudios de postgrado en el exterior.
  5. En el escenario empresarial estatal de Bolivia (YPFB, ENDE, ENTEL, etc.), muchas autoridades y ejecutivos de turno (v.g. rector, vice-rector, decano, etc.) ejercitan un bloqueo sistemático y permanente que impide el acceso de los profesionales de alta graduación (v.g. Masters y Ph.D’s) a los puestos de decisión y cometen el error de dar oportunidades sólo a sus conmilitones políticos y amigos. Esta práctica parece también ser común en las empresas privadas, pero por razones más económicas que políticas. Actuando de esa manera no se dan cuenta que es la forma más expedita para impulsar la «fuga de cerebros» que tanto daño le ha hecho al país por décadas, quedando en el país los menos entrenados para ayudar en su desarrollo socioeconómico. De esta manera, no existen oportunidades de trabajo para los profesionales de alta graduación.

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2. Necesidad de Profesionales de Alta Graduación en Bolivia

La tendencia globalizante de la economía regional y mundial exige que el logro real de un desarrollo socio-económico en Bolivia esté estrechamente relacionado a su habilidad de generar C&T innovadora y competitiva y al mismo tiempo definiendo su realidad social. En este sentido, las empresas estatales y privadas nunca podrán funcionar competitivamente en el mundo industrial y comercial sin el apoyo de profesionales de alto nivel que ayuden ingresar a las ligas mayores de las grandes corporaciones industriales.

Por otro lado, lograr calidad en la educación superior es una responsabilidad de todos: autoridades, docentes, y administradores del campus universitario. Sin embargo, los docentes juegan el rol más importante, porque están en la línea de fuego en la entrega de calidad de la educación universitaria. Por ello, un factor crítico en la calidad de educación superior es una planta docente que sea diversa en experiencias profesionales y culturales, que están comprometidos con un aprendizaje y erudición de largo alcance y que ponga énfasis primario en la educación de profesionales eficientes y competitivos. En general, la existencia de programas de I&D de alto nivel en una universidad hace que ella sea más prestigiosa y apoye al país en su desarrollo socioeconómico.

Entonces: ¿Por qué nuestras universidades y empresas bolivianas no se interesan en establecer mejores condiciones de trabajo para mantener en el país a los profesionales de alta graduación? ¿No será que permitiendo la fuga de sus cerebros, Bolivia está cometiendo una especie de «jarakiri académico» que a un plazo más corto que mediano le pesará haberlo hecho?. La palabra la tienen las autoridades de turno, tanto públicas como privadas.

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