Se trata de un fenómeno de descomposición química por calor, siendo esta la reacción principal:
(NH4)2Cr2O7 ⟶ Cr2O3 + 4 H2O + N2
La descomposición comienza a 180 oC y se autosostiene cuando se alcanzan aproximadamente los 225 oC gracias a una vigorosa reacción de oxidación-reducción en la que el oxidante (Cr6+) y el reductor (N3–) se encuentran en la misma molécula.
Nótese que, aunque aparezca llama, no se trata de una combustión, ya que no interviene oxígeno. Por eso, este experimento podría realizarse en una atmósfera inerte de nitrógeno con el mismo resultado. Los gases que se forman (vapor de agua y nitrógeno) proyectan hacia arriba, por arrastre, parte del Cr2O3 producido en forma de partículas incandescentes. Este Cr2O3, que es de color verde oscuro, es como si fuese “ceniza volcánica”.