Usoa Aguilera Peral »
¿Sabías que el aceite de girasol es mejor que el aceite de oliva?
No, no es lo que piensas. Me refiero al uso de aceite de girasol como componente principal de jabones faciales. Esos jabones naturales que habitualmente compramos en las herboristerías (y que nos cuestan una pasta), pero que resultan de la mezcla de diferentes tipos de aceites como: aceite de coco, aceite de cacao, aceite de oliva, aceite de lino…etc.
Analizando cada aceite, encontramos que el aceite de cacao es una mezcla de ácidos grasos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados. Siendo los ácidos grasos monoinsaturados el componente principal de este aceite con un porcentaje del 80%. Realmente, la alta cantidad en ácidos grasos monoinsaturados haría que disminuyera el contenido en colesterol pero el uso del aceite de coco se reduce básicamente a la fabricación de jabones, debido al dulce aroma que confiere.
En cuanto al aceite de coco, se compone prácticamente de ácidos grasos saturados con un 90% de la composición global. Debido al alto contenido en grasas saturadas, raramente se utiliza o no se aconsejaría que se utilizara como componente de una dieta equilibrada, ya que predomina la formación de colesterol en sangre. Por ello, su uso prácticamente se reduce a la cosmética.
Pues bien, centrándonos en el aceite de girasol, uno de los mejores jabones que podemos utilizar es aquel jabón hecho con aceite de girasol. El aceite de girasol se compone de un conjunto de grasas insaturadas con una fuente abundante de vitamina E y se considera de los mejores aceites con mayor poder antioxidante. Debido al alto contenido en vitamina E y del bajo índice de acidez que tiene, podemos complementar la acción antioxidante con el papel tonificante que le confieren las insaturaciones, ideal para un tratamiento básico facial diario.
Por el contrario, si hablamos de gastronomía, el aceite de oliva se lleva la palma en el famoso mundo de los aceites. Lo hace único su sabor, olor, color y químicamente hablando, el alto índice de ácidos grasos monoinsaturados, concretamente el ácido oleico que contiene, aunque también destaca la elevada cantidad en ácido linoleico (ácidos grasos poliinsaturados). Ambos tipos de ácidos son fundamentales para la salud, ya que son necesarios debido a que nuestro organismo no los puede sintetizar, de ahí, que sean conocidos como esenciales. Consumiendo aceite de oliva en las comidas se cubren las necesidades básicas de estos nutrientes. La alta concentración en ácido grasos insaturados regula el contenido de colesterol en sangre y en consecuencia, reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Considero que aunque el aceite de girasol no esté entre los aceites más valorados, para el uso facial, se trata de uno de los mejores.
Como bien he indicado antes, además de las características mencionadas, lo que no podemos obviar es el bajo coste que supone el comprar un litro de aceite de girasol frente a un litro de aceite de oliva o de coco. Esto supone que el coste teórico de un jabón hecho a base de aceite de girasol sería bastante inferior a un jabón hecho con aceite de coco o aceite de oliva. Por ello, animo a la gente a probar aquellos jabones que contengan aceite de girasol, un producto muy valioso y no tan reconocido que nace en nuestro territorio.