En 1976 la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de las Estrella de Ubrique enviaba a sus hermanos y hermanas (supongo que las habría) el programa de cultos llamado Quinario en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y adherido a él mediante una grapa, esta advertencia directa, seria y en línea con una forma bastante madura de entender la religión católica, a mi modo de ver, pidiendo expresamente que hubiera cumplimiento, no cumplo-y-miento, guasa, folklore y quedar bien:
Estimado amigo: con estas líneas queremos aclararte algunas cosas de sumo interés para el avance y la marcha de la Hermandad.
1.- Todos, por el hecho de pertenecer a la Hermandad, tenemos un compromiso de asistir a los actos que ella organice: reuniones mensuales, actos de culto… y cualquier cosa que se organice. No se pertenece a la Hermandad por pagar un recibo, o por «quedar bien” y después querer saber nada más: esto demuestra mucha indiferencia y apatía, que es lo que está ocurriendo. Para estar así, mejor sería ser un poco honrado y no pertenecer a ella.
2.- Como ya deben saber, el último día del Quinario, hay una especie de compromiso de participar en la Eucaristía: no por «cumplo-y-miento», ni por «guasa», sino por fidelidad a nuestra conciencia de creyentes en Cristo y en la Iglesia.
3.- La participación en la procesión:
–no podemos verla como un acto folklórico, “bonito” y que llame la atención…
–tampoco es un acto de lucimiento, ni de costumbre social, ni de borreguismo…
–debe ser un acto de penitencia, de reflexión, de pensar en lo que nos exige nuestro ser cristiano, pensar en lo que hacemos mal, en lo que dejamos de hacer de cara a los demás; revisar nuestro quehacer cristiano de cara a la construcción de un mundo más de acuerdo con el plan de Dios: de justicia y de amor.
Esperando que los cultos de estos días sean una ocasión paro acercarnos más a Cristo y a los hombres, un saludo.
La Hermandad
Estampitas
Reproduzco a continuación algunas estampitas ubriqueñas con las que a veces me he topado. Estas imágenes probablemente han sido usadas por mucha/os como talismanes, como objetos mágicos capaces de curar enfermedades o conseguir que la hija sacara por fin la oposición (en detrimentos de otros candidatos).

Presento primero este anuncio de la novena de 1939 dedicada a la “emperatriz de cielos y tierra” y “celestial patrona”, la Virgen de los Remedios, Alcaldesa Perpetua de Ubrique (en agradecimiento a un supuesto milagro que es un mito como una casa). La predicó el vicerrector del Seminario de Málaga. El sermón del voto lo pronunció el fraile capuchino e historiador local fray Sebastián de Ubrique, el mismo que consideró con muchísima mala hostia en su libro Historia de la Villa de Ubrique un «estupendo milagro» que al hijo de un supuesto incendiario del convento de Ubrique se lo tragara el río (como si el hijo fuera culpable de algo o como si al Dios de infinita bondad y omnipotencia que supuestamente rige nuestra vida no le hubiera resultado más «rentable» hacer el milagro de convertir al pirómano sin matarele al hijo, si bien ya sé la respuesta que voy a recibir: «es que los caminos del Señor son inescrutables»):

Esta misma imagen se venía usando desde antiguo en Ubrique:
Aquí se la quiso remozar usando otro color:
La siguiente vista ya es «diferente». Era 1959 (el año del Concilio Vaticano II) y se había extendido una «nueva visión» de la Iglesia y su sentido espiritual. La nueva visión se ciñó a dar más vigor al color de la imagen de este ídolo femenino (cuya concepción virginal de un dios-hombre no fue mencionada hasta aproximadamente el año 80-90 d. C. –en el Evangelio de Mateo, pero no en el anterior, el de Marcos, como tampoco en el de Juan–).

En 1976 se optó por dar énfasis al cuerpo de la «Patrona» (aunque el devoto ubriqueño Francisco García Parra la llamaba en 1954, con mejor criterio y visión más feminista, la llamaba «Matrona»):

En 1981 parece que las concepciones seguían firmes. ¿Para qué cambiar algo, vista la efectividad de la Iglesia como escuela del espíritu occidental y en el amor a los más débiles en los dos últimos milenios?

También se reprodujeron imágenes de este tipo en formato más pequeño:
E incluso pequeñísimo, como esta, que es del tamaño de las “cedulitas” con que el Beato Diego recomendaba hacer infusiones para sanar de males (por esa práctica fue denunciado a la Inquisición por ser considerada por otros clérigos rivales una «superstición»):
Quizá convenga recordar que los primeros cristianos eran muy reticentes al uso de imágenes, pero, con el tiempo, en el cristianismo gentil se empezaron a usar símbolos simples (pez, crismón, cruz) para identificar la fe, más que para “adorar”. Creo que las imágenes de Cristo, la Virgen y los santos se consolidaron siglos más tarde, sobre todo tras el Edicto de Milán (313 d.C.), cuando el cristianismo se legaliza y se expande. Pero hubo fuertes debates; el más famoso fue la querella iconoclasta (siglos VIII-IX) en Bizancio, donde se discutió si las imágenes eran una ayuda pedagógica o una idolatría. El Concilio de Nicea II (787) las aprobó, pero siempre como “veneración” (dulia) y no adoración (latría), que solo merece Dios. De todos, cualquiera sabe distinguir una cosa de la otra… Yo diría que más bien todo es superstición.
Más estampitas
Bueno, ahí van más. Creo que estas que escaneé tienen buenos currículums de milagros obrados, así que si las quieren imprimir y reusarlas para seguir extrayendo magia de ellas…



En alguna estampita se puso junto a ella a su Hijo:

En estas, el Hijo solo:
Amén.










