Corría el mes de febrero del año del Señor de 1748 cuando Brígida Guerrero, hija de Pedro Morales Guerrero y de Inés García Campos, recibió en su casa ubriqueña la visita de su hermana María, que quería anunciarle la estupenda nueva de que, a pesar de haber cumplido ya los 37, estaba embarazada. Así que, como Brígida también esperaba un hijo para marzo, bromearon e hicieron votos por que sus vástagos, que presagiaban varones, serían muy buenos primos hermanos y se harían juntos hombres de provecho y de gran fama.

Brígida, que tenía entonces 24 años, se había casado con Benito José Fernández, hijo de Juana de la Cruz y Pedro Fernández de Pomar, el 28 de octubre de 1742. El hijo que esperaban nació el 12 de marzo de ese año de 1748. Le pusieron de nombre José. Uno de los familiares que más se encariñó con el recién nacido fue su tío-abuelo Gonzalo Fernández de Pomar, un afamado maestro retablista también natural de Ubrique.

Por su parte, Mariana, la hermana de Brígida, que se había casado en 1729 con el antequerano Vicente Olivares Carnerero, tuvo su hijo el 12 de septiembre y lo bautizó en Ubrique tres días más tarde imponiéndole el nombre de Miguel.
José y Miguel, cumpliendo los vaticinios de sus madres, crecieron juntos. Como Ubrique tenía pocos habitantes entonces (algo más de 3000), conocieron a José Francisco López-Caamaño y García Pérez, que era el hijo del administrador del Duque de Arcos y de una señora de alcurnia del pueblo y que solo tenía 5 años más que los Guerrero (José Francisco nació el 30 de marzo de 1743; andaba siempre entre los frailes del convento de Capuchinos de Ubrique y acabó ingresando en la congregación. Años más tarde sería conocido en toda España con el nombre de Diego José de Cádiz).
Los primos pronto mostraron una vocación artística inusual, y como la familia podía permitírselo, fueron enviados a Madrid a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; José, para escultor, y Miguel, para arquitecto. Este último ingresó el 3 de octubre de 1766, a la edad de 18 años.

Fruto de su aprovechamiento en los estudios, Miguel y José fueron nombrados académicos de esta institución (José lo fue supernumerario en 1788; Miguel fue nombrado académico de mérito de Arquitectura el 4 de febrero de 1787). En la Academia conocieron al insigne arquitecto Ventura Rodríguez, que diseñó una iglesia para Ubrique en 1783, y a su discípulo Francisco Quintillán Lois, probable autor del Ayuntamiento y de un puente de este mismo pueblo.
Después volvieron a Andalucía y desarrollaron sus trabajos fundamentalmente en Cádiz y en Jerez, si bien Miguel también dejó una importante obra en Ubrique: la ermita de San Pedro. Además, levantó un plano del columbario del yacimiento de Ocur, propiedad de Juan Vegazo, que hay quien dice que era pariente suyo… Por su parte, José realizó una talla de la Divina Pastora de mucho mérito, puede que en homenaje a su paisano coetáneo Diego José de Cádiz, que era muy devoto de esta advocación y que murió en Ronda en 1801.

Datos de José Fernández Guerrero
El relato anterior está basado en datos reales. Hoy, el periodista gaditano Fernando Orgambides (director de coordinación editorial de GMI, del Grupo Prisa, y especialista en la figura de José Fernández Guerrero y su saga) me ha proporcionado una información que no deja lugar a dudas de que el escultor José Fernández Guerrero y el arquitecto Miguel de Olivares Guerrero, ambos nacidos en Ubrique en 1748, ambos académicos de la Real de Bellas Artes de San Fernando, eran primos hermanos. Los datos aparecen en el Expediente de Probanza de la Real Compañía de Guardiamarinas (catálogo 4984) del almirante Ricardo Fernández Gutiérrez de Celis, nieto de Fernández Guerrero.
Según este documento, los padres del almirante fueron José Fernández Cruzado, nacido en Cádiz el 10 de enero de 1786, y Micaela Gutiérrez de Celis, nacida en Maracaibo (Venezuela) el 30 de septiembre 1796. Se casaron en el mismo Maracaibo el 26 de noviembre de 1815. Pues bien, este José Fernández Cruzado era hijo de nuestro José Fernández Guerrero, el cual vio la primera luz en Ubrique (como hemos dicho) el 12 de marzo de 1748. Se casó en Cádiz (en la parroquia de San Antonio) con Lucía Cruzado y Suárez (San Juan del Puerto, Huelva, 10 de abril de 1755, hija de José y Catalina).
Los padres del escultor Fernández Guerrero fueron Benito José Fernández y Brígida Guerrero (ambos de Ubrique), que se habían casado el 28 de octubre de 1742. Pues bien, Brígida, hija de Pedro Morales Guerrero e Inés García de Campos, también ubriqueños, tenía una hermana llamada Mariana que fue la madre de Miguel de Olivares.

Datos de Miguel de Olivares Guerrero
Unos parientes actuales de Miguel de Olivares que viven en Estados Unidos que enviaron a Esperanza Cabello tres árboles genealógico:




Los datos confirman que Miguel de Olivares era de Ubrique, información que me había adelantado Manuel Castro Rodríguez, de la Asociación Papeles de Historia de Ubrique. Castro encontró tres documentos que lo acreditan. El más evidente es la partida de necimiento, en la que se lee que su nombre completo era Miguel Diego Narciso Olivares y que nació en Ubrique el 12 de septiembre de 1748, aunque fue bautizado el 15. Este es el texto completo de la partida:
Partida} En la Villa de Ubrique en quince días del mes de sept. De mil setecientos y quarenta y ocho años. Yo D. Julián Antº Serrano Cura más antiguo de las Iglesias de dcª Villa bauticé a Miguel Diego Narciso hijo lexitimo de Vicente Olivares natural de la Ciudad de Antequera y Vecino de esta Villa y de Mariana de Morales su muger natur& y Verªs de dhª Villa. Declaró su Padre no haver tenido otro hijo de estos mismos nombres, y aseguró con juramento haver hacido el dia doce del Corriente mes y año. Fueron sus Padrinos Diego Hidalgo y María Gonzalez su muj2. Vecinos de la Villa de Grazalema a qnes advertí el parentesco espiritual q. con su ayjado y Padres havían contraído, y la obligación de enseñarle la doctrina de Christº de qu. doy fee= D.n Julian Ant.º Serrano

Los otros dos documentos aludidos son el Registro Internacional de Armas Gentilícias (RIAG), que en la genealogía del apellido Olivares incluye a nuestro personaje, y el libro «Los Registros de Matrícula de la Academia de San Fernando de 1752 a 1815”, de Enrique Pardo Canalis, encuya pçáEl otro es “. En la en cuya página 81 podemos leer que su ingreso en la Academia fue el 3 de octubre de 1766, a los 18 años, edad que cuadra con la fecha de su nacimiento. El texto del RIAG es este:
OLIVARES GUERRERO, Miguel:
N.: baut. en Ubrique el 15-9-1748.
P.: Vicente Olivares Carnerero.
M.: Mariana de Morales.
A.P.: Juan de Olivares / Ana Sabina Carnerero.
A.M.: Pedro Morales Guerrero / Inés García Campos.
Matr.: con Matilde Balcárcel Baeza.
H.: Miguel de Olivares Balcárcel. (AHUS, Libro 268, fols. 260)
Árboles genealógicos
A partir de estos datos he confeccionado el siguiente árbol genealógico de los artistas Guerrero:

Por otra parte, una rama de los Olivares se fue a vivir a Arcos. Y es probable que José Olivares Veas, que da nombre al teatro arcense, tenga que ver con ellos. Pues bien, curiosamente, los Fernández entroncaron con los Veas de Arcos en la época del almirante Ricardo Fernández Gutiérrez de Celis, al casarse una hija de un hermano de este con Fernando García de Veas, que llegó a ser general de artillería y murió en Cádiz en los años 60 con más de 90 años. En la saga también hay que incluir a Miguel Mancheño y Olivares, excelente historiador de Arcos y a otros personajes ilustres de dicho pueblo, según he podido comprobar.
Estos primos hermanos, José y Miguel, nacieron con medio año exacto de diferencia (no pudieron hacerlo, pues, bajo estrellas más dispares) y compartieron destinos paralelos de ascensión profesional y caída en el olvido por parte del pueblo donde nacieron. José vivió más: falleció en Cádiz en junio de 1826, cuando hacía 13 años de la muerte de Miguel (25 de abril de 1813).


