En febrero de 1910 el rey Alfonso XII estuvo en Sevilla. Se hospedó en un palacio en Villamanrique de la Condesa (Sevilla). Los periódicos confundieron a este pueblo con Ubrique. Como también 15 años más tarde confundieron a Ubrique con Jubrique al decir que los vecinos habían visto un ovni.

En el diario La Correspondencia del 19 de febrero de 1910, dentro de una información dedicada a una visita de Alfonso XIII a Sevilla, se podía leer esta sorprendente información referida supuestamente a Ubrique:

Lógicamente, me ha llamado mucho la atención que el Rey Alfonso XIII acudiera a Ubrique a un almuerzo, por lo que heinvestigado al respecto. Todo para decepcionarnos, ya que sin duda se trata de un error periodístico. Lo voy a explicar.

Es sabido que Alfonso XIII sentía una gran predilección por la ciudad de Sevilla, a la que hizo muchas visitas. Concretamente, el 14 de febrero de 1910 el Soberano, acompañado por su familia, “trasladó la Corte” por unas semanas a la capital andaluza. Había querido hacerlo unos días antes, pero hubo de retrasarlo porque en aquellos días se desencadenó una inoportuna crisis de gobierno que tuvo como resultado la salida de Segismundo Moret de la presidencia y su sustitución por José Canalejas.

En Sevilla, el Monarca gustaba jugar a ser súbdito y a tener una vida más o menos “normal”. Lo prueba esta foto del diario ABC del 21 de febrero de 1910 que lo retrata paseando tranquilamente por unas desérticas Delicias en compañía de un miembro de la nobleza que a buen seguro estaría bien encantado de la deferencia real. El ABC, diario monárquico donde los haya, también se derretiría de gusto publicando esta estampa de un Rey tan “cercano” a su pueblo. (Por cierto, ¿dónde está ese pueblo? A buen seguro, bien vigilado por un destacamento de lanceros).

Pues bien, tanta o mayor afición por Sevilla la sentía el Infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias, un italiano que se había casado con la hermana mayor del Rey, María de las Mercedes, Princesa de Asturias. Tras la muerte prematura de esta (1904), el infante se casó de nuevo (1907), esta vez con la Princesa Luisa de Orleans, con la que tuvo cuatro hijos, entre ellos María de las Mercedes de Borbón-Dos Sicilias, madre del Rey Juan Carlos.

El Infante Carlos era militar y se había formado en las Fuerzas Armadas Españolas. Tras vivir durante un tiempo en Madrid se trasladó a Sevilla con el resto de su familia como capitán general de Andalucía. (Murió en la capital andaluza hace hoy exactamente 60 años).

Pero ¿cómo es posible que este miembro de la Realeza invitara a Alfonso XIII a comer en Ubrique? El enigma lo resuelven estas crónicas del ABC del 19 de febrero (el mismo día en que La Correspondencia aseguraba que el Rey iba a ir a Ubrique):

Así que el Infante Carlos y su esposa no volvieron a Ubrique, sino a Villamanrique. Efectivamente, estos príncipes tenían en la pequeña localidad de Villamanrique de la Condesa (entre el Aljarafe y la Marisma) una casa-palacio en la que vivían por temporadas.

La explicación más plausible del error de La Correspondencia es que el telegrafista, el cajista o quien fuera confundió Ubrique con Villamanrique. Pero ello es una prueba de que ya en 1910 Ubrique tenía un nombre, es decir, era bien conocido en España. Sin duda, por su carteras. Un nombre que, afortunadamente, aún no ha perdido. 

¿Un ovni en Ubrique? Sería en Jubrique

Probablemente no fue la primera que vez que los periódicos confundían a Ubrique con otro pueblos, especialmente con la localidad malagueña de Jubrique. Así, el 23 de octubre de 1925 El Heraldo de Madrid informaba de que sobre el pueblo de Ubrique se había dejado ver «un enorme globo de fuego»:

Probablemente nunca se supo lo que era aquella bola, por lo que propiamente cabe considerarla un ovni (objeto volador no identificado), denominación técnica que no es necesariamente sinónima de platillo volante, nave espacial o similar.

Pero me pregunto: si la bola se desprendió por encima de Sierra Bermeja (cerca de Estepona, pues) ¿tan lejos llegó? ¿No caería más bien en Jubrique, que esta al pie de Sierra Bermeja. Es lo más probable.

Sea como fuere, desde aquella época muchos excursionistas que iban de paseo por distintos parajes recónditos del la Serranía de Ronda dicen haber visto a una especie de duendecillo esquivo de ojos inquietantes que se oculta entre las rocas en cuanto detecta la presencia de humanos… Una vez que consiguieron fotografiarlo (a la derecha). ¿Pudiera haber llegado ese ser a nuestro planeta en aquel “globo de fuego” que desapareció sobre el pueblo de Ubrique o el de Jubrique.