viernes, 19 diciembre 2025

Curtición de badanas en Ubrique en el siglo XX: mucha química

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En el año 1939 la empresa Baquera, Kusche y Martín remitió desde Málaga una carta a “D. Luis Mataix, Fàbrica de Mantas, Ubrique” que contenía un Método operatorio de la curtición de badana por el sistema vegetal. (Por badana el diccionario entiende “piel curtida y fina de carnero u oveja”). Más abajo reproduzco unas cuartillas que explican el método, que como se verá tiene mucho de química y poco de vegetal, a menos que no estén bien explicadas las instrucciones o que me falten cuartillas (no lo parece).

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La carta fue enviada a Ubrique en marzo de 1939 según consta en el matasellos. El día del mes cuesta verlo; en cuanto a los números del año, podrían ser “38” en vez de “39”, pero sin duda son estos últimos porque este sello debió de ser puesto en circulación a partir del 10 de noviembre de 1938, cuando el gobierno de Burgos aumentó la tarifa base de las cartas que circularan dentro de la “España Nacional” a 40 céntimos, que es el valor facial de la estampilla. Así lo explica José María Ortuondo en su trabajo El primer sello español de Isabel la católica (Akademus, Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal, ¿1998?). En 1937 ya fue emitido un sello de Isabel la Católica, pero 30 céntimos.

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Es interesante que en el reverso del sobre hay una viñeta de 5 céntimos sin matar en la que se lee PRO MALAGA, como se ve en la imagen de la izquierda. Técnicamente, las viñetas no son aptas para el franqueo postal, por lo que no tienen valor facial propiamente. Pero en este caso se trataba de una sobretasa de 5 céntimos que teóricamente se aplicaría a fines benéficos. Esta de Málaga se emitió por primera vez en 1937. En dicha provincia y en sus pueblos abundaron “viñetas nacionales” de diversos tipos. En Internet aparecen varias. Al dorso de una de ellas veo un número que quizá tenía fines de contabilidad, pero también se emitieron viñetas de este tipo no numeradas. Algunas viñetas de la serie “Pro Málaga” estaban habilitadas específicamente solo para determinados pueblos de la provincia.

Curiosamente, esta expresión “Pro Málaga” se sumergió en la historia y en el tiempo para aflorar mucho después en forma de una sociedad municipal que tiene ese nombre (Promálaga) y que se dedica a “la promoción empresarial, la creación de empleo y la atracción de talento”.

No he averiguado quién era Luis Mataix, el destinatario de la carta y evidente propietario de una fábrica de mantas en Ubrique.

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Según la web Mis Apellidos, Mataix es un “singular y poco difundido apellido de origen valenciano, hallándose sus principales asientos hoy día en la provincia de Alicante, en la que vive la mayor parte de las familias así apellidadas; asientos menores hallamos en las provincia de Valencia, Madrid, Barcelona, Castellón, Tarragona y Sevilla, entre otras”. En el Centro Documental de la Memoria Histórica del Archivo Histórico Nacional hay varias fichas de personas llamadas así, todas de 1937, pero me da la impresión de que ninguna es la de Ubrique. En cualquier caso, lo que se puede conjeturar es que este señor, que fabricaba mantas, decidió dedicarse también o alternativamente a la curtición de badanas y alguien le envió instrucciones de cómo hacerlo. Quizá es misma persona le iba a vender la maquinaria y los productos químicos.

El caso es que las instrucciones de curtición estaban dentro de una carta que, como se ve al principio de esta página, la remitía la empresa Baquera, Kusche y Martín. Probablemente para estampar la dirección se usó una máquina de escribir extranjera, a juzgar por el acento foráneo que lleva la palabra “fàbrica”.

Según una carta comercial que encuentro en Internet, la empresa Baquera, Kusche y Martín fue creada nada menos que en 1847 y en 1932 tenían sedes en los lugares que se ven en el membrete, uno de los cuales era Málaga:

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Su sede en Madrid era la de la imagen, obtenida en la Fototeca del Patrimonio Histórico. El edificio estaba en la calle Mayor.

A juzgar por otra carta (fechada en Cádiz en 1957) que igualmente se puede encontrar en Internet y cuya cabecera reproduzco seguidamente, esta empresa era una consignataria naviera.

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Hay un libro de la CNT que dice que esta empresa colocó en sus sucursales a miembros del partido de Adolf Hitler en 1935.


Las instrucciones de curtición

Las instrucciones que se dan para curtir badanas por el “sistema vegetal” están contenidas en seis cuartillas y media manuscritas. Una de las razones por las que creo que están completas es precisamente que queda media cuartilla en blanco, lo que parece denotar que el amanuense concluyó su trabajo. Sin embargo, no se entiende por qué se califica al sistema como “vegetal”, ya que en ningún momento se indica que haya que añadir taninos, que es lo propio de dicho sistema. Al contrario, solo se mencionan productos químicos, y muchos. Se ve que el proceso era complicadísimo, que se necesitaba a mucha experiencia para realizarlo bien y que requería bastante tiempo. Las instrucciones son algo oscuras en algunos puntos, por lo que dudo de que una persona sin entrenamiento pudiera aplicarlas con éxito a la primera.

Hay una especie de anexo titulado “Pieles curtidas semicromo-vegetal”. El semicromo era un proceso en el que se combinaba el uso de taninos con compuestos de cromo. Pero también aquí el documento es confuso, pues aunque se indica que hay que tener cuidado de que la luz no descomponga al ácido crómico, en ningún momento se dice cuándo hay que añadir esta sustancia.

En fin, reproduzco las instrucciones al pie de la letra porque creo que tienen valor a la hora de conocer la tecnología de curtición moderna que se empleaba en Ubrique y de demostrar que, aunque creo que nunca se ha tenido conciencia de ello, en el pueblo se desarrollaban en el siglo XX actividades que claramente son encuadrables dentro del sector químico. (También había fábricas de cola).

Debo hacer antes algunas aclaraciones de terminología. Se emplea repetidas veces el verbo “sodar”. No existe en español, pero deduzco que es un anglicismo usado en curtición. En ingles, “soda” se aplica al carbonato de sidio (washing soda o soda ash), el bicarbonato de sodio (baking soda) y el hidróxido de sodio (caustic soda), conocido en español también somo sosa cáustica. En el proceso d curtición descrito se emplean los dos primeros compuestos para dar al agua carácter básico (alcalino). Pero al bicarbonato de sodio se le llama bicarbonato de sosa y al carbonato de sodio “sosa Solvay” (Solvay fue un químico belga que ideó en el siglo XIX un procedimiento muy ingenioso para sintetizar carbonato de sodio; actualmente lleva su nombre un grupo químico que tiene plantas también en España, siendo la principal la de Torrelavega).

En el reverso de la cuartilla 5, arriba del todo, se indica “5 cubos de agua”, pero no está claro a qué operación se refiere ese ingrediente y por tanto no lo he trasladado a la copia. Hay una palabra que no entiendo si es “orejas” u “ovejas” dentro de la expresión “se limpian de (orejas/ovejas)”. He optado por el termino pensando que es un uso de la palabra “oreja” quizá metafórico y propio del argot de la curtición.

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[reinventandoelcalzado.es/curticion-vegetal]


Método operatorio de la curtición de badana por el sistema vegetal

Clasificación. Las pieles deben clasificarse por su tamaño con el fin de que el tratamiento de las mismas pueda ser lo más uniforme y regular posible sometiéndolas al proceso de fabricación por partidas de un mismo tamaño aproximadamente.

Pesado. Con el fin de poder obtener los rendimientos de las distintas partidas y tener una guía en el curso de la fabricación, deben pesarse las pieles en seco y antes del reverdecimiento anotando en el libro de cuenta de fabricación y rendimientos el número de pieles, su peso y la fecha de entrada en fabricación con el número correspondiente de la partida a que pertenece, clase, origen, etc.

Reverdecimiento. Después de pesadas se someten las pieles al reverdecimiento, que consiste en mojarlas con agua clara durante 24 horas en verano y 48 horas en invierno. Con este fin, y para poder tener una producción regular, se calan en el noque de reverdecimiento las pieles que han de depilarse en un par de días (100 o 200). Se dejan durante este tiempo de 48 horas y por la mañana, después de escurrirlas, se someten al

Embadurnado, que consiste en pintar las pieles por el lado de la carne, teniendo cuidado de no ensuciar la lana, con una solución de sulfuro de sodio que se preparará la víspera con el fin de que se posen las impurezas y sirva solamente la parte clara de la solución, en la proporción de 10 kg de sulfuro para un tonel de 180 litros de cabida de cal apagada. Se embadurnan las pieles, se doblan y se dejan durante tres, cuatro o más horas hasta que el pelo o lana se desprenda con facilidad.

Depilado. Se efectúa en la mesa por el lado de la lana sin desprender la cal con sulfuro del embadurnado, recogiéndose la lana con cuidado para que no se ensucie. Una vez depilada se coloca en el botal Nº 1 en el que habrá agua clara o ½ baño de la operación anterior con la cal y sulfuro de sodio adherido a la piel por el embadurnado, rodando en este baño durante 24 horas o algo más.

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Limpieza. Después se van sacando las pieles del Nº 1 y se limpian de orejas, etc., dándoles un raspado por el lado de la flor para sacarles las últimas trazas de lana y epidermis que han quedado. Una vez limpias las pieles, y sin lavar, se colocan en el Nº 2 en agua a la que se habrá añadido 2 cubos de cal apagada (o tres cubos de cal si así lo requiere el estado de la piel, que debe estar hinchada) manteniéndose en movimiento durante el día. Cuando la piel está suficientemente hinchada, que por lo regular es a las 12 o 14 horas, se pasa al

Descamado. Operación que debe hacerse con cuidado para no quitarle a la piel más que la verdadera carne, con lo cual se obtiene el máximo de espesor, y se colocan después en el mismo botal Nº 2 hasta que la piel esté hinchada suficientemente para el curtido. Unas 8 o 10 horas más en movimiento.

Observación importante. Mientras duran las operaciones precedentes debe tenerse especial cuidado de que las pieles estén al aire lo menos posible, procurando cubrirlas en los baños cuando se suspende alguna operación de descame, limpieza, etc.

Desencalado. Obtenida la hinchazón suficiente para el curtido se procede al desencalado, el cual se verifica en el mismo botal No 2. Se empieza por vaciar el baño de cal echándolo al río o reforzando si así conviene el botal Nº 1. Se pone agua clara y se enjuagan las pieles sin sacarlas del Nº 2 unas tres o cuatro veces hasta que el agua sea bastante clara. Entonces se le añaden 2 cazos de ácido clorhídrico y se dejan en movimiento durante 2 o 3 horas, al cabo de las cuales se saca una muestra cortando la parte más gruesa de la piel y se ensaya con la fenolftaleína para ver si contiene cal. Si la hay en gran exceso se añade un poco más de ácido y se deja toda la noche. Al día siguiente por la mañana se vacía el baño y dan dos o tres enjuagues con agua clara al mismo tiempo que se comprueba si hay cal con fenolftaleína. Esta no debe colorear de rosa, lo que es señal de que la cal ha sido neutralizada y eliminada. Se añade un poco más de ácido y se enjuaga de nuevo. En estas condiciones ya pueden someterse al curtido.

Curtido vegetal. Se empieza en un baño botal Nº 3 con 0.5 de densidad aproximadamente y se va reforzando a medida que se nota disminución de densidad de una manera progresiva alcanzando al final 1º [supongo que quiere decir “1 grado”]. De este botal se pasa al 4º, donde la densidad debe aumentar hasta que estén en condiciones de pasarlas al bombo, donde las concentraciones van aumentando hasta 5 o 6 grados hasta que no se vea disminución muy pronunciada de densidad y observando que el corte de la piel en su parte más gruesa presenta una superficie regular en todo su corte.

La cantidad de baño en el bombo debe ser 2 a tres veces el peso de las pieles. Por cada 25 pieles unos 4 cubos de baño a densidades progresivas, cambiando el baño cada dos horas aproximadamente.

Escurrido. Una vez curtidas las pieles se sacan del bombo y se las suspende en los caballetes para que se escurran bien. Después se untan con una solución de jabón neutro (o se añade un poco de aceite de oliva si es álcali) que se hace calentando agua, 1 cubo, y disolviendo 500 gramos de jabón y 100 gramos de aceite. Se emulsiona bien, se deja enfriar y se aplica sobre la piel por el lado [de la] flor, tendiendo las pieles hasta que se sequen en cañas y bien esparcidas en el secadero.

Pieles en blanco. Si las pieles se han de vender en blanco, conviene estibarlas (con una estiba de metal, nunca de hierro) a medida que vaya adelantando el secado, sometiéndolas al final a un planchado.

Pieles para tintar. Las pieles para tintar no necesitan el estibado y planchado, siendo conveniente que el secado sea lento y después de secas tenerlas unos días apiladas antes de la tintura.

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Pieles curtidas semicromo-vegetal

Pickelado. Al salir las pieles del Nº 3 desencaladas se someten las pieles a un baño en el bombo de sal y ácido con la proporción de 5% de sal común con respecto al peso de la piel con estiba y 2% de ácido clorhídrico, lo cual constituye la preparación para el curtido al cromo que se verifica antes del curtimiento vegetal.

Sin sacar las pieles del bombo, en donde estarán más de dos horas en el baño de pickelado, se disuelve aparte en un cubo de agua caliente (50 oC) el 2% de bicarbonato de potasa, el cual se introduce por el eje continuamente hasta el final. Se deja sodar una hora y se para para inspeccionar el corte de la parte más gruesa de la piel, que debe presentar un color amarillo anaranjado uniforme. Si no lo presentara, se continúa dando movimiento durante 1 hora más haciendo lo mismo hasta que se vea que el bicarbonato ha penetrado uniformemente en todo el interior de la piel. Seguidamente se tapa el bombo, se pone en marcha y se añade por el eje 3% de ácido disuelto en un cubo de agua dejando sodar unas dos horas más. Al cabo de este tiempo, el corte de la piel debe presentar un color uniforme amarillo canario fuerte. Se sacan las pieles, se ponen en un caballete y se tapan dejándolas escurrir toda la noche. Es preciso taparlas para que los efectos de la luz no descompongan el ácido crómico, lo cual sería perjudicial. Al día siguiente se someten al baño de curtición propiamente dicho, con hiposulfito de sosa.

El baño de hiposulfito de sosa se prepara disolviendo el hiposulfito de sosa o potasa con un cubo de agua caliente al 5% del peso de las pieles (doble y medio [d]el bicarbonato que se haya empleado), el cual se introduce por el eje del bombo después de haber introducido las pieles con 5 cubos de agua en la que se habrá disuelto un 4% de sal común. Se deja sodar durante un cuarto de hora a ½ hora y se disuelve entre tanto en una cuba pequeña de madera el 25% de ácido clorhídrico, cuya solución se va añadiendo de forma que en ¾ de hora se introduzca todo lentamente. Después se deja sodar ½ hora más y se inspecciona la piel, que debe presentar un color interiormente de azul celeste limpio y uniforme. Caso de que no estuviera uniforme se deja sodar ½ hora más, hasta que se obtenga dicha uniformidad. Después se neutraliza con un poco de sosa Solvay (un ¼% del ácido empleado) y se inspecciona para ver si la curtición ha terminado, en cuyo caso se enjuaga bien y se neutraliza de nuevo con bicarbonato de sosa o sosa Solvay hasta que el corte no dé reacción ácida con el papel de tornasol humedecido con el líquido que suelta la piel de su interior.

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