¿Quién dijo que no se pueden hacer experimentos de química interesantes en casa? En este capítulo presentamos experimentos no solo son accesibles, sino también visualmente atractivos. Usando ingredientes comunes como leche, col lombarda, patatas, colorantes o refrescos, se pueden realizar reacciones y transformaciones que, además de vistosas, permiten introducir conceptos clave de la ciencia química.
Algunos experimentos muestran cómo ciertas sustancias del día a día esconden propiedades inesperadas: por ejemplo, una simple leche puede convertirse en un plástico rudimentario o en un sorprendente lienzo iridiscente. En otros casos, se investiga la posibilidad de fabricar pilas con frutas como el limón o se reproducen experimentos históricos con materiales contemporáneos, como la pila de Volta.
También hay espacio para experiencias que, además de vistosas, son útiles: medir el pH con col lombarda a modo de indicador natural, o comprobar cómo algunas bebidas carbonatadas pueden eliminar la herrumbre. La formación de cristales comestibles y la electrólisis del agua completan este desfile de fenómenos físicos y químicos que pueden lograrse con elementos domésticos.
Cada propuesta ha sido pensada para ser llamativa, segura y formativa, despertando la curiosidad y reforzando la idea de que la química está en todas partes, incluso en la cocina.






































































































































