viernes, 19 diciembre 2025

Sobre el adagio del cuchillo de Ubrique, que al ver oveja se salía solo de la vaina

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Fray Sebastián, en su Historia de la Villa de Ubrique (1945) hace referencia a:

El cuchillo de Ubrique, que cuando veía a uno se salía solito de la vaina

dicho que según él era muy popular en sus tiempos. Este autor explica que la interpretación  común que se le daba a este adagio estaba relacionada con el “carácter bravucón y pendenciero de la gente de Ubrique”, pero considera que no corresponde a la realidad. Y a renglón seguido da su versión:

De muy antiguo habla en Ubrique una industria, que ha ido casi desapareciendo, la de las navajas y cuchillos, que hacían los herreros empleando buenos aceros y con cabos de cuerno de cabra y de vaca. Estos cuchillos y navajas eran muy estimados por la gente de campo, por su buen temple y utilidad. Entre estos había una clase especial de hoja ancha, que se sacaba con mucha facilidad de la vaina, y a esta clase alude el famoso dicho del cuchillo de Ubrique.

Juan José Antequera Luengo, en su libro Modismos comparativos de Andalucía, menciona el cuchillo de Ubrique dentro de una cita sobre el sable de Machuca:

Sable de Machuca, que quiebra y no corta (LM, Personajes, II, 122: “De las armas que cortan poco. Metafóricamente, de las personas que hablan mal de nosotros para perjudicarnos, y nadie les hace caso. […] Ocupa un lugar preferente la espada de Bernardo, el trabuco de Arévalo, la carabina de Ambrosio, el cuchillo de Ubrique, del cual es fama que, en viendo oveja, solo se salía de la vaina”).

Tal como está escrito lo anterior, parece que el cuchillo de Ubrique significa lo mismo que el sable de Machuca. Pero no es así. Lo descubrimos yendo a la fuente, el citado “LM, Personajes, II”, que se refiere al segundo tomo del libro Personajes, personas y personillas que corren por las tierras de ambas Castillas, de Luis Montoto y Rautenstrauch, obra que apareció por primera vez a mediados del siglo XIX. En ella encontramos dos alusiones al cuchillo de Ubrique situadas en distintas partes del texto. Una es esta:

Entre los cuchillos afamados, cuéntase también el  Cuchillo de Ubrique, que, en viendo oveja, solito se salía de la vaina.

Y la otra, desconectada de la anterior, aparece efectivamente dentro de la explicación del sable de Machuca, pero como mero comentario incidental:

Ocupa un lugar preferente en la armería española donde tienen también su puesto la espada de Bernardo, el trabuco de Arévalo, la carabina de Ambrosio y el cuchillo de Ubrique, del cual es fama que, en viendo oveja, solo se salía de la vaina.

Ejemplos de uso

He encontrado en la prensa antigua varios ejemplos de uso del adagio, y por supuesto todos tienen más o menos el sentido que Fray Sebastián intenta refutar por el buen nombre de su pueblo. El más añoso es este del periódico La Época, ejemplar del 16 de abril de 1871, que recoge la expresión de boca ilustre: la de José Luis Albareda y Sezde, diputado por Alicante en aquel momento que llegó a ser ministro de Fomento con Alfonso XII y ministro de Gobernación durante la regencia de María Cristina:

Cuando dice “mi tierra” se refiere a El Puerto de Santa María, de donde era natural. La cita más reciente la encontramos en un Diario de León de febrero de 1928 (época de la Dictadura de Primo de Rivera):

Contra el liberalismo. Hay quien cree «que cuando los militares acaben su obra y sea reintegrada la Nación a su vida civil», el poder, imitando al famoso cuchillo de Ubrique, que salía él solito de la vaina, se pondrá en manos de los liberales; y a esos efectos, «los previsores del porvenir…» político, quieren que conste que España es liberal, que España se derrite de gusto cuando le hablan de liberalismo.

En El Siglo futuro del 13 de abril de 1883, dentro de un artículo titulado Política Menuda, se hace una doble referencia al cuchillo de Ubrique:

[…] Y lo cual tiene muchísimo menos dc extraño, si se tiene en cuenta que al conde de Canga-Argüelles le sucede con los carlistas lo que al cuchillo de Ubrique.
Que al ver oveja salíase solito de la vaina.

[…]

¿Qué quiere decir el conde de Canga-Argüelles con tanta perífrasis y circunloquios?
¿Que el .señor Obispo de Barcelona condenó terriblemente á los carlistas?’
Pues es falso.
Y en esta ocasión el cuchillo de Ubrique se ha salido de la vaina antes de descubrirla oveja.

En el diario barcelonés La Hormiga de Oro, en su edición del 1 de enero de 1888, encontramos:

De consiguiente, no hay que volver la vista hacia atrás para medir las tiras de pellejo que el
progreso liberal nos ha sacado: a donde hay que mirar es hacia adelante, porque el carnicero nos
observa cuchillo en mano, y ese cuchillo es como el del famoso carnicero de Ubrique, el cual (el
cuchillo) en viendo oveja, solito de la vaina se salía.

En El Fusil (Periódico Radical) del 2 de agosto de 1903, en una información crítica sobre el Vaticano, se lee:

En el periódico toledano El Castellano (Con Censura Eclesiástica) del 14 de enero de 1913, hablando del político primero liberal y luego conservador Antonio Maura, un periodista llamado Miguel Peñaflor dice:

Por lo demás, aunque mi pluma, como el famoso cuchillo de Ubrique, que se salía solito de la vaina, iría hoy muy a gusto a la censura viva, dura, mordaz, una consideración la detiene: el juicio que no ya a los adversarios del Sr. Maura, sino a los enemigos del orden social, ha merecido la reintegración de aquel a la dirección de los conservadores.

Se ve que a este periodista le gustaba el dicho, porque dos meses antes (el 2 de noviembre de 1912) lo empleaba en el mismo periódico dentro de un diálogo sobre cuestiones políticas:

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