He aquí un experimento para niños en el que se emplean productos no tóxicos y da bonitos resultados. Se trata de hacer crecer cristales de sal y vinagre que pueden ser coloreados si se añade colorante alimentario.
Para ello basta tener agua (caliente), sal (cloruro sódico) y vinagre (ácido acético), además del colorante opcional, como productos químicos, más una esponja y un plato llano. (La esponja favorece la evaporación del líquido, lo que concentra aún más la sal y acelera la cristalización. Los cristales de sal se empezarán a formar en núcleos de sal no disuelta o en la esponja.)
Según ThoughtCo hay que seguir estos pasos:
- Mezclar el agua caliente, la sal y el vinagre.
- Colocar la esponja en el plato. Verter la mezcla sobre la esponja para que absorba el líquido y solo cubre la parte inferior del plato.
- Si se quieren cristales de diversos colores, poner pizcas de colorante alimentarios en distintos puntos de la esponja.
- Guardar el exceso de solución en la que crece el cristal.
- Poner el plato en una ventana soleada o en lugar cálido con buena circulación de aire. Los cristales crecen lentamente. Normalmente hay que esperar horas o un día. Añadir más solución de crecimiento cristalino para reemplazar el líquido que se evapora.
- Se puede dar por concluido el experimento cuando se desee. Los cristales se pueden guardar o tirar a la basura, pues no son tóxicos. La solución sobrante tampoco lo es, por lo que se puede tirar por el desagüe y lavar el plato como de costumbre.
Explicación
Lo que sucede es sencillo. Se trata de una reacción de desplazamiento en la que se forma acetato sódico que precipita::
NaCl + CH3-COOH → CH3-COONa + HCl
Nótese que también aparece ácido clorhídrico, pero en estas condiciones no resulta peligroso, entre otras razones porque, al evaporarse el agua, tenderá a transformarse en cloruro de hidrógeno gaseoso.
Otro experimento
En esa misma reacción se basa otro experimento igualmente sencillo de realizar pero más complejo de interpretar. Se trata de usar una moneda de cobre. Por ejemplo, una de 5 céntimos de euro, hecha de acero recubierto de cobre. Si se espolvorea un poco de sal común sobre la moneda y se vierte encima un poco de vinagre, el metal se verá más limpio. Pero si se deja reposar por un tiempo, comenzará a ponerse verdoso (se estará corroyendo).
Como antes, el cloruro sódico se combina con el ácido acético del vinagre para producir acetato de sodio y ácido clorhídrico. Este limpiará rápidamente la superficie de la moneda. Pero quedará una superficie de metal muy puro que, sin la protección de su pátina de óxido o suciedad, se oxidará cuando se exponga al agua o el aire (tanto por el oxígeno y como por el dióxido de carbono).