viernes, 19 diciembre 2025

Mateo Francisco de Rivas, uno de los primeros informantes a la RAH sobre Ocur (1804)

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Según escribió en 1869 el destacado epigrafista alemán Emil Hübner en el segundo volumen del Corpus Inscriptionum Latinarum,  en 1803 Matthaeus Franciscus de Rivas informó a la Real Academia de la Historia (RAH) de los descubrimientos que se habían producido en el Salto de la Mora, al lado de Ubrique (ciudad romana de Ocur).


Se refiere a Mateo Francisco de Rivas y SorianoDe acuerdo con el historiador Pedro A. Porras Arboledas (Historia del señorío y villa de Jabalquinto (siglos XIII-XIX), 1993) este personaje nació el 30 de enero de 1765 y fue bautizado el 1 de febrero en la iglesia parroquial de Jabalquinto [Jaén], de donde eran sus padres y abuelos. Escribió una Memoría histórica sobre la villa de Jabalquinto hacía el año 1797 (corregida en 1816) que le valió ser admitido como individuo correspondiente de la Real de la Historia en la junta ordinaria celebrada por esta el 5 de enero de 1798 “a instancias del peticionario” y “en atención al valor de la Memoria histórica de Jabalquinto”. El 1 de marzo del mismo año fue nombrado socio numerario de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén.

Porras Arboleda no encontró más referencia al personaje en los archivos del pueblo, “de lo que se deduce que ni casó – si es que lo hizo – ni murió en Jabalquinto, si bien sabemos que redactó el trabajo en el pueblo”. Y añade que “vivió y estudió en Sevilla y Madrid, donde tal vez cursó estudios de Derecho; sin duda pudo hacer esto gracias a que pertenecía a familia adinerada y con pretensiones de hidalguía”.

No obstante, si es posible que en algún momento volviera a su pueblo. Este señor era secretario del duque de Arcos en dicha ciudad en 1805, según se desprende de una referencia que aparece en las Memorias de la Real Academia de la Historia de 1805:


Pero en el libro Historia de la dominación de los árabes en España, de José Antonio Conde, escrito en 1821, se dice que era “vecino de Jabalquinto”. Si esa información es correcta, la explicación puede encontrarse en un probable cabio de destino dentro de su servicio a los estados del Ducado de Arcos, ya que la XII titular de esta Grandeza de España, María Josefa Alonso Pimentel Téllez-Girón, era también marquesa de Jabalquinto.

Su afición por las antigüedades queda patente no solo por escribir las memorias de su pueblo o su pertenencia a sociedades históricas, sino por otros hechos conocidos como aparecer como suscriptor en 1798 del Compendio cronológico de la Historia de España, del presbítero José Ortiz y Sanz, en 1796, o de la Historia de Don Quixote de la Mancha ilustrada con notas, de Juan Antonio Pellicer, en 1798.


Mateo de Rivas y Ocur

Pues bien, Mateo Francisco de Rivas es el autor de un oficio enviado a la Real Academia de la Historia sobre “varias Antigüedades halladas en el año de 1798 en la villa de Ubrique” que reproduzco más abajo. Este informe de Rivas fue leído en sesión ordinaria de la RAH celebrada el 4 de mayo de 1804. En el acta correspondiente (Actas RAH, tomo 13, 4 mayo 1804, página 470) se lee:

Ygualmente remite ála Academia [el S.or Ribas] una descripcion de varias antigüedades halladas en el año de 1798. en la villa de Ubrique, reyno de Granada y partido de Ronda… 

El secretario de la Academia era entonces Joaquín Juan Flores La Barrera, el mismo que al año siguiente recibió una carta del presbítero ubriqueño Simón de Zamora dándole noticias de los hallazgos. Entre los asistentes a la Junta se hallaba Diego Clemencín, autor de otro informe sobre “Ocuris” fechado en 1802. (A título de curiosidad, también asistieron José Antonio Conde y Juan Antonio Pellicer, citados más arriba). En el acta de esta reunión se dice que Mateo Francisco de Rivas era correspondiente de la Academia en Arcos de la Frontera. Viviendo tan cerca de Ubrique y siendo académico, se sentiría obligado a informar a la institución.  Por otra parte, le entidad tomó nota de la promesa de Rivas de remitirle varias monedas de plata y cobre romanas. Todos estos datos aparecen en el libro Noticias de Antigüedades de las Actas de Sesiones de la Real Academia de la Historia (1792-1833), de Jorge Maier Allende (2003).

El oficio de Rivas se conserva en la Real Academia de la Historia (RAH, 09-05951, f.211-212v) y se titula Descripción de varias Antigüedades halladas en el año pasado de 1798 en la villa de Ubrique, Reino de Granada, Partido de Ronda. Lo reprodujeron los investigadores Luis Baena del Alcázar y María José Berlanga Palomo en Mainake, XXVI/ (2004) 395-416 y  el arqueólogo Luis Javier Guerrero Misa en Papeles de Historia 5 (2006) 34-58.

Pero no tiene firma. Hay autores que han pensado que podía haber sido redactado por el arquitecto ubriqueño Miguel de Olivares, que en 1799 había enviado a la Academia unos planos del edificio funerario de Ocur (él creyó que eran baños). Otro autor dijo que este documento apareció “en un tomo denominado ‘Varios de Historia’  que se hallaba en los archivos de la Academia y que es una “copia [que] es, a su vez, una trascripción de este informe de Vegazo realizado por alguien dependiente de la Sala de Antigüedades” (se refiere a Juan Vicente Vegazo Montes de Oca, descubridor del yacimiento).

Aparte de las pruebas que he dado en favor de la autoría de Mateo Francisco de Rivas, el estilo gramatical del texto no es, desde luego, el de Vegazo, que conocemos por una carta cuya dirigida al Conde del Águila y por sus famosos «Papeles«.

Por otro lado, nótese que el título del oficio de Rivas dice “el año pasado de 1798”. Eso podría hacer pensar que el documento fue escrito en 1799. No tiene por qué. “Pasado”, en este contexto, es un uso habitual en la época que no hay que considerarlo más que como una obviedad redundante. Si la Academia estudió este documento en 1804, no tiene sentido que sea muy anterior. (De hecho, Hübner dice en el Corpus Inscriptionum Latinarum que es 1803). Además, resulta curioso que se diga en el documento que las antigüedades fueron descubiertas en 1798 cuando los primeros hallazgos datan de 1793. O se equivocó el supuesto copista de la Sala de Antigüedades o Mateo Francisco de Rivas no se enteró bien cuando vino a Ubrique procedente de Arcos en 1804 a ver las ruinas.


Transcribo a continuación el documento (Real Academia de la Historia, 09-05951, f.211-212v).

Descripción de varias Antigüedades halladas en el año pasado de 1798 en la villa de Ubrique Reino de Granada Partido de Ronda

Al plantarse en su termino de viñas y frutales cierto pedaso de terreno en la Sierra de Benafeliz, que esta a un quarto de legua de la poblacion por el lado del Norte, se descubrio antes de llegar a la cumbre en su parte occidental, un edificio de piedra arenisca compuesto de bobeda y trabe de cinco varas y media de longitud, quatro y media de latitud, y cinco de altura con poca diferencia: Su portada de tres v.ras y el gruezo de la pared de dos por la fachada: a los lados dos nichos cada uno de vara y tres palmos de alto, vara y media de ancho, y dos y un palmo de Centro; teniendo enfrente otro nicho de una v.ra de Centro, y de igual altura a los otros; a los dos lados de este otros dos nichos de dos tercias de alto, media vara y dos dedos de Centro, y a cada uno de los colaterales dos taquillas de dos tercias de alto, media vara y dos dedos de Centro: al lado de la puerta por lo interior se miraban otros dos nichos como los anteriores, a las dos vras y media en lo interior del edificio un friso de media quarta y dos dedos de buelo que lo circundava todo, el qual era tambien de piedra arenisca, aunque toscamente labrada, y las paredes por partes de tres varas y media de gruezo. En su planicie cuentan los naturales se ha obserbado en otro tiempo una profundidad a la que se bajaba por gradas, y que estaba en forma de sirculo. que la bobeda se componía de cantos y guijo, y el edificio denotaba haver servido de baño segun sus sircunstancias.

En el contorno de la misma cumbre se hallaron ruinas y señales de otros edificios por las losas labradas, ladrillos gruesos y antiguos, tejas y bordes de tinajas de que abundaba el terreno, y en ella como entrada de fortaleza de que se manifestaban en las rocas indicios de paredes fuertes y de que havía havido poblacion; hechandose de ver ademas barios trozos de pedestales, colunnas, marmoles y otros pedasos de piedras en que se adbertian algunas letras que no se podían leer y en dos de los primeros las inscripciones siguientes.

Nota

Exsaminada la primera inscripcion se advierte ser Lucio Aurelio Commodo que sucedio a su padre Marco Aurelio Antonino el filosofo en el año de Cristo de //180// y murió en el de //192//  pues aunque su pronombre era Lucio y en la lapida dice Marco es regular se le pusiera el mismo nombre de su padre cuando tomó la ropa viril, por ser su hijo primogenito y como tal gozar de esta distincion. Junto á esta lapida ó pedestal se halló la estatua de este emperador sin cavesa, la qual reconocida no deja duda ser del mismo Commodo, por estar bestido de una piel de leon, como se paseaba por las calles de Roma con una grueza porra en la mano queriendo destruir los mostruos a ejemplo de Hercules, cuio nombre tomó diciendo era hijo de Jupiter.

La otra lapida o inscripcion es del emperador Antonino Pío, hijo adoptibo de Adriano a quien sucedio en el año de Cristo de //138// y murió en el //161// se le llama nieto de Trajano, y visnieto de Nerva, esto es por la misma adopcion, y segun lo usaban para denotar que no eran de nacimiento obscuro; pues aunque Antonino Pío no era hijo natural de Adriano se sabe que este emperador preferia los hijos adoptivos a los naturales. La estatua de dho emperador Antonino que estaria sobre este pedestal no ha podido haverse; pero si otra de muger sin cavesa rodeado el cuerpo y pechos de serpientes que parece ser la Diosa Proserpina; igualmente se hallaron barias monedas de emperadores Romanos grabadas en ellas sus cavesas y de rebersos diferentes, posteriores al tiempo de Cesar, en que parese empesaron a ponerse semejantes bustos; y por ultimo un aqueducto que bendria a la poblacion o baño que queda insinuado, con lo qual y demas señales que autorisan estos monumentos se infiere haver sido aquella de consideracion, y que en la misma habría algun Templo donde se adoraria la espresada Diosa y Emperadores Commodo y Antonino Pío, a quienes se concederia la Apotheosis, siendo este ultimo por sus virtudes berdaderamente acreedor della [o “a ella”]. Mas en lo que no cabe duda es que estas estatuas fueron consagradas por la Republica o Municipio Ocurritano, que ignora qual sea el que esto escribe, por lo que los sabios y antiquarios pueden apurar la verdad de lo que esto fue en otro tiempo, pues a su limitacion no le es permitido =

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