El convento de Capuchinos de Ubrique ha sido históricamente un bastión de figuras conservadoras y reaccionarias. Quizá por eso allí encontró un excelente refugio Fray Rafael de Vélez cuando, como obispo de Ceuta, tuvo problemas en dicha ciudad africana debido a su postura ultraconservadora y contraria a la Constitución de 1812.
Había sido nombrado obispo de Ceuta, pero su oposición al orden establecido le generó conflictos, por lo que entre febrero y mayo de 1822 se refugió en el Covento de Ubrique. De este modo, Ubrique fue durante unos meses sede episcopal. En abril de ese mismo año, cuando el juez de Grazalema intentó interrogarlo en Ubrique, Vélez se negó, protegido por el apoyo popular, dice Fray Sebastián.
Toda la historia puede leerse aquí:

