viernes, 19 diciembre 2025

¿Amoxicilina sola o junto con ácido clavulánico?

Al azar

José Francisco Duarte Capilla »

Probablemente a lo largo de tu vida, tengas la edad que tengas, has tomado algún antibiótico por culpa de alguna infección. Uno de los más utilizados y por tanto más recetado por los profesionales de atención primaria es la amoxicilina, un antibiótico de la familia de las penicilinas.

Si te has parado a leer la composición de dicho fármaco y, sobre todo si has tomado esta medicina varias veces, habrás podido observar que a veces te habrán recetado amoxicilina, y otras veces, amoxicilina con ácido clavulánico, pero ¿Sabes cuál es la diferencia entre ambos medicamentos? Efectivamente, uno de ellos está compuesto por dos sustancias. Pero no va por ahí la cosa. La diferencia radica en su acción antibiótica, es decir, en su capacidad para matar bacterias.

Por un lado tenemos la amoxicilina, la cual es un antibiótico betalactámico y cuya actividad principal es la de inhibir la síntesis de la pared celular de las bacterias. Esto es, cuando las bacterias se dividen para multiplicarse, deben crear estructuras nuevas entre las que está la pared celular. Pues bien, si durante una infección tomamos uno de estos antibióticos betalactámicos, se frenará la multiplicación de las bacterias, por lo que morirán y acabarán desapareciendo de nuestro cuerpo, terminando así con la infección. Pero con el paso del tiempo, y sobre todo por la utilización indiscriminada de antibióticos y la automedicación sin prescripción facultativa, las bacterias han desarrollado diferentes mecanismos para defenderse de los antibióticos, lo cual se conoce como resistencia antibiótica. En este caso, las bacterias (por suerte sólo algunas de ellas) han desarrollado una estrategia para inhibir la acción de los antibióticos betalactámicos (entre los que se encuentra la amoxicilina), mediante la producción de unas enzimas llamadas betalactamasas. Estas enzimas lo que hacen es romper la estructura de la amoxicilina y por tanto eliminan su capacidad para inhibir la síntesis de pared celular bacteriana, permitiendo que éstas bacterias se puedan seguir multiplicando y continuar con la infección. En este punto es donde entra en juego el ácido clavulánico. Esta molécula la podemos definir como un inhibidor suicida, ya que se «sacrifica» interaccionando con las betalactamasas, cambiando así su estructura e inactivando completamente a las enzimas de resistencia.

En pocas palabras, la acción combinada de amoxicilina y ácido clavulánico permite que con el mismo fármaco podamos combatir un mayor número de infecciones que usando la amoxicilina en solitario, al vencer la resistencia creada por esta.

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