La mayoría del metano (CH₄) en la atmósfera se elimina mediante procesos químicos que ocurren en la propia atmósfera, principalmente a través de reacciones con radicales hidroxilo (·OH). Los radicales hidroxilo son moléculas muy reactivas presentes en la atmósfera. Se les conoce como «detergentes» de la atmósfera debido a su capacidad para reaccionar con diversos contaminantes y gases de efecto invernadero, incluyendo el metano.
Cuando el metano entra en contacto con un radical hidroxilo, se produce una reacción química en la que el metano se oxida. Esta reacción transforma el metano en otros compuestos. Por ejemplo, el metano puede reaccionar con el radical hidroxilo para formar radical metilo (·CH₃) y agua (H₂O). menos potentes como gases de efecto invernadero. El proceso simplificado es:
CH4 + ·OH ⟶ ·CH3 + H2O
El metilo resultante de la reacción anterior puede seguir reaccionando con oxígeno y otros compuestos en la atmósfera, convirtiéndose finalmente en dióxido de carbono (CO₂) y agua (H₂O), que tienen un menor impacto como gases de efecto invernadero comparado con el metano.
Este proceso es crírico porque el metano es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono a corto plazo. Aunque tiene una vida útil más corta en la atmósfera (aproximadamente 12 años), su capacidad para atrapar calor es más de 25 veces mayor que la del CO₂ en un período de 100 años. Por lo tanto, la eliminación eficiente del metano a través de reacciones con radicales hidroxilo ayuda a mitigar su impacto en el calentamiento global.
Además de la reacción con radicales hidroxilo, el metano también puede ser eliminado mediante reacciones con otros oxidantes en la atmósfera, aunque estos procesos son menos significativos en comparación con la reacción con OH.

