La Vanessa virginiensis es una de las mariposas más comunes en Estados Unidos. Sin embargo, un estudio publicado en Science revela que en las últimas dos décadas su población, al igual que la de casi todas las especies de mariposas, ha disminuido considerablemente. Esta pérdida no solo afecta la biodiversidad, sino que también impacta el ecosistema, ya que las mariposas son importantes polinizadores y sus orugas representan una fuente clave de alimento para aves.
Según el estudio, desde 1950 cinco especies de mariposas han desaparecido en EE. UU., y 29 más están en peligro de extinción. Para frenar esta tendencia, los expertos sugieren proteger hábitats y reducir el uso de pesticidas. A nivel global, los científicos han advertido sobre el drástico declive de los insectos, pero esta investigación representa el análisis más exhaustivo hasta la fecha en EE.UU., recopilando datos de 12 millones de observaciones en más de 77 000 encuestas realizadas por científicos y voluntarios.
Los resultados muestran que, entre 2000 y 2020, el número total de mariposas cayó un 22 %, y la mitad de las especies estudiadas sufrieron una disminución del 42 % o más. Solo nueve especies, equivalentes al 3 %, han aumentado su población, como la Agraulis vanillae, que prospera en entornos urbanos. En contraste, muchas más especies han sido gravemente afectadas, incluyendo invasoras como la Pieris rapae, cuya población se redujo en más del 50 %.
El estudio no investigó las causas específicas de la reducción, pero investigaciones previas indican que los pesticidas y el cambio climático han reducido los hábitats adecuados, especialmente en el suroeste de EE.UU. A pesar del panorama desalentador, existen soluciones: la siembra de especies nativas en jardines y parques puede mejorar significativamente los entornos para las mariposas.
Aún queda mucho por investigar para entender qué factores hacen a algunas especies más vulnerables. Identificar estas causas es crucial para desarrollar estrategias de conservación efectivas. Sin este conocimiento será difícil mitigar o revertir la alarmante disminución de estos insectos esenciales para los ecosistemas.
Fuente: DOI: 10.1126/science.zf15ojh
