Las grandes ciudades están perdiendo la guerra contra las ratas. A pesar del uso intensivo de venenos y trampas, un nuevo estudio publicado en Science Advances muestra que las poblaciones de ratas han aumentado en lugares como Nueva York, San Francisco, Toronto y Washington D.C. Este crecimiento está vinculado al cambio climático y a la urbanización, lo que agrava aún más el problema.
El estudio analizó informes de inspección y quejas ciudadanas sobre ratas en 16 ciudades con datos consistentes durante al menos siete años. Washington D.C. mostró el mayor aumento en avistamientos, mientras que en Nueva Orleans y Tokio las cifras disminuyeron. Una de las principales conclusiones de la investigación es la relación directa entre el aumento de las temperaturas y el crecimiento de las poblaciones de ratas. Inviernos más cálidos permiten que estos roedores pasen más tiempo buscando alimento y reproduciéndose en lugar de refugiarse bajo tierra. Además, las ciudades con menos espacios verdes y mayor densidad de población presentaron mayores incrementos en avistamientos de ratas.
El problema no es solo de convivencia: las ratas pueden transmitir enfermedades graves como el hantavirus y la peste bubónica, además de estar relacionadas con impactos psicológicos negativos en la población, incluyendo la depresión. Sin embargo, las estrategias tradicionales para controlar la plaga han fracasado. El uso de venenos y trampas solo elimina a algunos ejemplares, mientras que la rápida reproducción de los roedores anula estos esfuerzos. Además, los venenos afectan a otras especies, como aves rapaces, que consumen ratas envenenadas.
Mejorar la gestión de residuos
La solución es sencilla pero difícil de implementar: mejorar la gestión de residuos. El estudio enfatiza que almacenar la basura en contenedores cerrados y evitar que quede expuesta en las calles es la única forma efectiva de reducir la población de ratas. Nueva York ha comenzado a implementar medidas de contenedorización, exigiendo que la basura se deposite en contenedores con tapas en lugar de bolsas de plástico en las aceras. Ciudades como Tokio y Nueva Orleans también han reducido los avistamientos de ratas mediante normativas estrictas de manejo de residuos y educación ciudadana.
El problema de las ratas es, en última instancia, un problema humano. Como señala uno de los investigadores, los roedores solo han prosperado debido a la negligencia en la gestión de residuos. En lugar de recurrir a métodos crueles e ineficaces, las ciudades deben enfocarse en lo más básico: limpiar y recoger la basura.
Fuente de texto y fotos: Vox

