Un estudio del Barcelona Institute for Global Health (ISGlobal), en colaboración con el Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS), revela que reducir el tráfico motorizado en Barcelona en un 25% podría generar importantes beneficios para la salud. Se estima que esta medida disminuiría los niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂) en un 17.6%, evitando 199 muertes prematuras al año. Además, si se completa la electrificación del puerto, el número de vidas salvadas aumentaría a 228 por año.
El estudio, publicado en la revista Health & Place, utilizó modelos de emisión de tráfico y contaminación a nivel de sección censal, considerando variables como actividad vehicular, meteorología y geometría urbana. Se analizaron tres escenarios basados en el Plan de Movilidad Urbana 2018-2024, que incluye la creación de supermanzanas, corredores verdes y zonas de bajas emisiones.
- Escenario conservador: No reduce la cantidad de vehículos privados, pero elimina los más contaminantes. Resultaría en un 5.9% menos de NO₂ y 67 muertes evitadas.
- Escenario con 25% menos tráfico: Provocaría una reducción del 17.6% en NO₂ y evitaría 199 muertes anuales, beneficiando principalmente el centro y el noroeste de la ciudad.
- Escenario con reducción de tráfico + electrificación del puerto: Disminuiría en 19.4% el NO₂ y prevendría 228 muertes anuales, especialmente en el sur de Barcelona.
El estudio destaca que el tráfico marítimo representa aproximadamente el 7% de la mortalidad asociada al NO₂. La electrificación de los muelles del Puerto de Barcelona, prevista para 2030, es clave para mitigar este impacto.
A pesar de los beneficios estimados, los niveles de NO₂ seguirían sin cumplir los nuevos límites de calidad del aire de la Unión Europea para 2030, lo que subraya la necesidad de medidas más ambiciosas. Según los investigadores Ana Ramos y Mark Nieuwenhuijsen, estos hallazgos no solo son relevantes para Barcelona, sino que pueden servir como referencia para otras ciudades. Además, se espera que estas estrategias también reduzcan la emisión de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
Fuente: Ana Ramos Velásquez et al, Health impact assessment of urban and transport developments in Barcelona: A case study, Health & Place (2025). DOI: 10.1016/j.healthplace.2024.103406

