Ayse Coskun, profesora de Ingeniería Eléctrica e Informática de la Universidad de Boston profundiza en un artículo en The Conversation en el creciente consumo de energía de los centros de datos impulsado por el uso cada vez mayor de inteligencia artificial (IA), destacando implicaciones significativas para los esfuerzos de sostenibilidad y la red eléctrica. Si bien los centros de datos impulsados por IA ofrecen numerosos beneficios y avances, su creciente consumo de energía plantea importantes desafíos para la sostenibilidad. Equilibrar el progreso tecnológico con la responsabilidad ambiental requiere soluciones innovadoras y esfuerzos cooperativos en varios sectores.
Dice la autora:
El espectacular éxito de los grandes modelos de lenguaje como ChatGPT ha contribuido a impulsar este crecimiento de la demanda energética. Con 2,9 vatios-hora por solicitud de ChatGPT, las consultas de IA requieren aproximadamente 10 veces más electricidad que las consultas tradicionales de Google , según el Electric Power Research Institute, una empresa de investigación sin fines de lucro.
Coskun explica que la IA se ha convertido en parte integral de numerosas aplicaciones, desde el procesamiento del lenguaje natural hasta los vehículos autónomos. Las demandas computacionales de estas aplicaciones de IA han transformado los centros de datos en centros de alto consumo de energía. Estas instalaciones, que alguna vez fueron principalmente para almacenamiento y procesamiento, ahora manejan tareas extensas como el entrenamiento de redes neuronales y la inferencia en tiempo real, que requieren una potencia computacional sustancial y, en consecuencia, más energía.
Impacto en las redes eléctricas y la sostenibilidad
Los centros de datos ya consumen enormes cantidades de electricidad. En 2022, los centros de datos mundiales utilizaron alrededor de 460 teravatios-hora (TWh) de electricidad, una cifra que se prevé superará los 1000 TWh en 2026. Este aumento supone una presión significativa para las redes eléctricas, lo que ha llevado a algunas empresas eléctricas a reconsiderar la eliminación gradual de las plantas de combustibles fósiles y otras planificar nuevas instalaciones de gas natural para satisfacer la creciente demand. El mayor uso de energía de la IA y los centros de datos podría obstaculizar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que plantea un desafío para las empresas de tecnología que buscan la sostenibilidad.
Equilibrando la innovación y la responsabilidad ambiental
El artículo analiza la doble influencia de la IA en el consumo de energía y la sostenibilidad. Si bien la IA ayuda a optimizar el uso de recursos y predecir cargas de energía, mejorando así la eficiencia, también aumenta las demandas de energía de los centros de datos. Esta dualidad requiere un equilibrio entre el avance de las tecnologías de IA y el mantenimiento de la responsabilidad ambiental.
Varias estrategias pueden mitigar el impacto ambiental de los centros de datos impulsados por IA:
- Adquisición de energía renovable. Las empresas pueden realizar acuerdos de compra de energía para asegurar energía renovable a precios fijos, aunque la viabilidad de esta opción puede variar según la ubicación debido a las condiciones regulatorias y de mercado.
- Gestión estratégica de la energía. Implica monitorear y mejorar el rendimiento energético mediante el uso de inteligencia artificial y aprendizaje automático para identificar posibles ahorros de energía. La implementación de nuevos procesos y normas que prioricen la conservación de energía también es parte de esta gestión estratégica.
- Principios de circularidad. Adoptar la circularidad en las operaciones del centro de datos incluye actualizar los equipos para extender su vida útil, utilizar materiales reacondicionados y garantizar que los proveedores cumplan con los estándares de sostenibilidad. Este enfoque tiene como objetivo minimizar el desperdicio y maximizar la eficiencia de los recursos durante todo el ciclo de vida del centro de datos.
Perspectivas
A medida que la IA siga evolucionando, sus demandas de energía seguirán siendo una cuestión crítica. La clave para abordar este desafío radica en aprovechar la IA para mejorar la eficiencia energética y al mismo tiempo promover las tecnologías de energía renovable. La colaboración entre las partes interesadas, incluidas las empresas de tecnología, los proveedores de energía y los formuladores de políticas, es crucial para crear un futuro sostenible donde la innovación en IA no se produzca a costa de la degradación ambiental.
