Los nódulos polimetálicos, también conocidos como nódulos de manganeso, son concreciones minerales formadas de capas concéntricas de óxidos de metales alrededor de un núcleo que puede ser un diente de tiburón, un fragmento de coral o similares. Alcanzan normalmente de 1 a 20 centímetros, pero excepcionalmente pueden ser mucho mayores.
Estos nódulos se encuentran en los fondos marinos, principalmente en los océanos Pacífico y Atlántico. Concretamente, se han encontrado muchos en:
- Océano Pacífico: La región más conocida es la Zona Clarion-Clipperton, situada entre Hawái y México.
- Océano Atlántico: Aunque menos abundantes que en el Pacífico, también se encuentran nódulos en ciertas áreas del Atlántico.
- Océano Índico: En menor cantidad, pero igualmente presentes.
Los nódulos polimetálicos se forman a lo largo de millones de años a través de procesos químicos y biológicos. La precipitación de metales disueltos en el agua del mar y la sedimentación de partículas minerales contribuyen a su crecimiento. Son tan abundantes en algunas llanuras abisales que se proyecta su extracción industrial mediante dragas especiales.
Composición y propiedades
Los nódulos contienen una mezcla de metales valiosos, siendo los más comunes:
- Manganeso (Mn): 15 a 35 %.
- Hierro (Fe): 15 a 20 %
- Calcio (Ca): 1 a 10 %
- Níquel (Ni), cobre (Cu), cobalto (Co), titanio (Ti): 1 %
- Tierras raras (en menor proporción)
Estas composiciones varían según la ubicación específica de los nódulos, pero generalmente tienen una alta concentración de estos metales.
Importancia y aplicaciones
Los nódulos contienen metales como el níquel y el cobalto, esenciales para la fabricación de baterías recargables, aleaciones especiales y tecnologías verdes. Pueden ser una fuente alternativa a los depósitos terrestres, cuya explotación puede ser ambientalmente más perjudicial. Por otro lado, estudiar los nódulos ayuda a comprender mejor los procesos geológicos y químicos en los océanos.

Minería
La minería de nódulos en el fondo marino aún está en una fase de exploración y desarrollo tecnológico, sin haber alcanzado una explotación comercial a gran escala porque presenta serias dificultades técnicas y ambientales, ya que la extracción puede perturbar ecosistemas marinos profundos y tiene implicaciones legales y éticas. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (AIFM, o ISA por sus siglas en inglés) es el organismo encargado de regular las actividades de minería en áreas internacionales del fondo marino. Es responsable de establecer y supervisar las normas para la minería en áreas internacionales, mientras que los países tienen jurisdicción en sus zonas económicas exclusivas.
La AIFM ha emitido varias licencias a países y empresas para explorar áreas específicas en busca de nódulos polimetálicos. Estos permisos permiten la realización de estudios geológicos, geofísicos y biológicos. Varias empresas y consorcios están desarrollando tecnologías de minería submarina y realizando pruebas piloto para evaluar la viabilidad de la extracción y el procesamiento de los nódulos.
Así, DeepGreen Metals los investiga en la Zona Clarion-Clipperton en el Océano Pacífico, que es uno de los lugares del mundo donde se sabe que hay más nódulos polimetálicos. Esta empresa ha estado trabajando en la exploración y desarrollo de tecnologías para la recolección de nódulos. Han realizado estudios de impacto ambiental y pruebas piloto para evaluar la viabilidad comercial y ambiental de la minería de nódulos.
Otra empresa dedicada a este campo es GSR (Global Sea Mineral Resources), una filial del grupo belga DEME que ha estado desarrollando un prototipo de recolector de nódulos denominado «Patania II». Han realizado pruebas de despliegue en aguas profundas de la Zona Clarion-Clipperton para evaluar su rendimiento y el impacto ambiental.
Algunos países asiáticos también se han lanzado a la minería de nódulos polimetálicos. Así, la empresa china SOHMAR ha recibido licencias de exploración de la AIFM en el Océano Pacífico y ha estado desarrollando tecnologías de minería submarina y realizando estudios ambientales. Por su parte, un consorcio japonés-surcoreano investiga y desarrollando tecnologías de minería submarina en diversas áreas del Pacíficocon con la colaboración de universidades y agencias gubernamentales.
Desafíos y futuro
La recolección y el procesamiento de nódulos en el fondo marino a grandes profundidades (generalmente más de 4000 metros) requieren tecnologías avanzadas y resistentes a condiciones extremas.
La minería submarina plantea riesgos significativos para los ecosistemas marinos. Las perturbaciones del lecho marino, la generación de sedimentos y el impacto en la biodiversidad son preocupaciones clave.

