Un estudio reciente ha demostrado que los enlaces de hidrógeno aumentan la estabilidad de la película lagrimal, lo cual podría ayudar a entender el origen del síndrome de ojo seco y a desarrollar nuevos tratamientos. La película lagrimal, ubicada entre las capas mucosa y meibomiana, cubre la superficie de la córnea y la protege. Sin embargo, si esta película es inestable, pueden formarse zonas secas, lo que conduce al síndrome de ojo seco, que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Aunque se sabe que las mucinas oculares estabilizan la película lagrimal y que el meibum evita su evaporación, el papel de los electrolitos en esta película es menos claro. Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford investigó cómo los solutos afectan la estabilidad de la película lagrimal. Utilizaron interferometría de luz blanca para comparar cómo disoluciones de cloruro de sodio y un tampón de Hank, que contiene diversos iones y glucosa, se comportaban en una superficie de vidrio con forma similar a la córnea.
Con la disolución de cloruro de sodio se formaron cristales de sal y puntos secos. En cambio, con la solución tampón de Hank, no se formaron cristales, y se observó un retraso en la evaporación y un engrosamiento local de la película. El equipo descubrió que el cloruro de sodio en el tampón contribuye a este engrosamiento, aumentando la tensión superficial y atrayendo más líquido hacia el centro de la superficie. También observaron que los enlaces de hidrógeno en la disolución tampón aumentan la viscosidad de la película, lo que mejora su estabilidad.
Este hallazgo podría llevar a mejores tratamientos para el síndrome de ojo seco al comprender mejor cómo se mantiene la estabilidad de la película lagrimal.
Fuente: Chemistry World

