viernes, 19 abril 2024

La era de los polímeros

Al azar

Guillermo Jarne Bueno »

Cuando oímos la palabra plástico se nos viene a la mente “el material sintético del que están hechas las bolsas del supermercado”, pero cualquier polímero que carece de punto fijo de ebullición, que es elástico, moldeable y ligero, puede ser definido como plástico. Así, no todos los plásticos son artificiales.

Los polímeros o plásticos naturales son aquellos que se encuentran en estado natural, bien formando parte de los seres vivos, o habiendo sido producidos por ellos. Estos han sido utilizados por la humanidad durante miles de años en forma de algodón, seda, hule, almidón y celulosa entre otros.

El XIX, el siglo de los semisintéticos

Los polímeros semisintéticos o de transición se obtienen mediante la modificación química de los naturales. Uno de los primeros fue inventado por Charles Goodyear en 1839, se trata de la ebonita, que se obtiene al vulcanizar caucho puro con azufre. La ebonita es un material negro y compacto que resultó ser además, un buen aislante.

Más tarde, en los años cincuenta llego el momento de la parkesina (precursora del celuloide), inventada por Alexander Parkes, profesor de ciencias naturales de Birmingham.

Por aquellos años, Alexander Parkes se encontraba experimentando con nitrocelulosa (uno de los explosivos plásticos más baratos), un día la mezclo con alcanfor y descubrió para su sorpresa que el compuesto resultante se trataba de una sustancia transparente, dura pero flexible, que llamó parkesina. En esta época no parecía haber interés comercial en este compuesto, por lo que en 1868, Parkes vendió la patente a John Wesley Hyatt.

En la siguiente década hubo una gran escasez de marfil, por lo que un fabricante de bolas de billar de Inglaterra ofreció un premio de 10.000 dólares a aquel que encontrase un material sustituto para fabricar sus bolas de billar. Hyatt fue el ganador y en 1872, patentó el invento, bautizándolo como celuloide.

Cinco años más tarde, en 1887, Hannibal Williston Goodwin utilizó el material para fabricar películas fotográficas, revolucionando así el campo de la fotografía y abriendo las puertas al nacimiento del cine (por esta razón el cine es popularmente conocido como “celuloide”).

Bakelita, la verdadera revolución

No fue hasta el siglo XX, cuando se produjo la verdadera revolución, al lograrse imitar estos compuestos de manera completamente artificial, en el laboratorio.

Los polímeros sintéticos son materiales orgánicos constituidos por largas cadenas de monómeros, formados principalmente por átomos de carbono e hidrógeno.

La bakelita fue la primera sustancia plástica totalmente sintética. Creada en 1907 por Leo Baekeland (el Premio Nobel en Química), se trata de uno de los primeros polímeros sintéticos termoestables, es decir, no puede fundirse y moldearse varias veces, sino una sola vez.

La bakelita puede moldearse a medida que se endurece y solidifica, es un material duro, resistente al agua y a los disolventes y no

conductor de la electricidad. Posee una estructura molecular muy entrecruzada que es la que le confiere la termoestabilidad.

Tuvo gran importancia en el mundo de la tecnología y las comunicaciones (radio, teléfono, etc) y para coberturas de utensilios de cocina (mangos de sartén, asas, etc).

La bakelita se sintetiza a partir de moléculas de fenol y formaldehído: el formaldehído sufre dos condensaciones consecutivas, perdiendo su oxígeno, mientras que el fenol pierde dos o tres de sus átomos de hidrógeno. Así cada formaldehído conecta con dos fenoles, y cada fenol con dos o tres formaldehídos, dando lugar a entrecruzamientos.

Nailon, la primera fibra sintética

El nailon o nylon es un polímero artificial perteneciente al grupo de las poliamidas. Se trata de la primera fibra sintética y fue inventada (por policondensación de un diácido con una diamina) por Wallace Hume Carothers el 28 de febrero de 1935.

En 1938 patentó su invento y poco más tarde comenzó la venta de medias de nylon, lo cual supuso una revolución en el mercado de las medias, ya que las fabricadas con este material eran mucho más resistentes que las convencionales medias de seda. No obstante, al entrar Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, se hizo muy complicado conseguir medias de este novedoso y

resistente material, ya que se requería el nylon para la fabricación de materiales de guerra, como cuerdas de paracaídas.

Actualmente el uso del nylon se extiende desde la industria textil hasta mangos de cepillos, peines, e infinidad de productos.

Desde la invención del nylon en 1935 hasta la actualidad, se han sintetizado infinidad de nuevos polímeros cada vez más rentables y con propiedades verdaderamente interesantes y útiles para todos los campos.

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