Según un artículo publicado en Phys.org, en la región española de Murcia “alrededor del 98 % de las aguas residuales se reutiliza hoy en día, en comparación con un promedio del 9 % en España y el 5 % en la Unión Europea (UE)”. Murcia ha sido tradicionalmente una de las principales regiones productoras de frutas y verduras de la UE, pero es una de las zonas más áridas de España, con escasez crónica de agua. Esta situación es la que la ha impulsado a potenciar el uso de aguas residuales para regar sus cultivos.
Para ello se han construido últimamente muchas plantas de tratamiento que procesan y desinfectan las aguas residuales para que pueda ser reutilizadas en los campos. Los sistemas actuales incluyen el tratamiento con rayos ultravioleta para que el agua no transfiera a las frutas y verduras cultivos bacterias como la E.coli. Combinando el uso de esta agua con el riego por goteo se consigue un aprovechamiento óptimo de este recurso hídrico. Hay que tener en cuenta que el reciclado de aguas residuales es más barato que la desalinización de agua de mar.
Tratamientos de aguas residuales
El tratamiento de aguas residuales generalmente implica varias etapas, como la eliminación de sólidos suspendidos, la desinfección y la eliminación de nutrientes. Estos procesos reducen significativamente los contaminantes presentes en las aguas residuales y mejoran su calidad. El grado de tratamiento requerido para utilizar las aguas residuales en el riego depende del tipo de cultivo, las prácticas agrícolas locales y los estándares regulatorios establecidos en cada país o región. Pero, en general, se pueden resumir así:
ejemplos de tratamientos físicos, químicos y biológicos comunes que se utilizan en las plantas de tratamiento de aguas residuales para preparar el agua para su uso en regadíos:
Tratamientos físicos
- Rejillas: Se utilizan para eliminar grandes objetos y sólidos como ramas, plásticos y otros desechos.
- Desarenadores: Permiten la sedimentación de partículas más pesadas, como arena y grava, mediante la acción de la gravedad.
- Desengrasadores: Retiran los aceites y grasas presentes en el agua mediante la flotación o la sedimentación.
- Sedimentación: Se emplea la gravedad para que las partículas más pesadas se asienten en el fondo, lo que permite la eliminación de sólidos suspendidos.
Tratamientos químicos
- Coagulación y floculación: Se añaden productos químicos coagulantes, como sulfato de aluminio o policloruro de aluminio, para formar flóculos que ayudan a atrapar partículas y sólidos suspendidos en el agua.
- Neutralización: Se ajusta el pH del agua mediante el uso de sustancias químicas para garantizar que esté dentro de los rangos adecuados.
- Desinfección: Se utiliza cloro, dióxido de cloro, ozono o radiación ultravioleta para eliminar microorganismos patógenos y bacterias presentes en el agua.
Tratamientos biológicos
- Lodos activados: Se utiliza un proceso biológico en el que microorganismos, como bacterias y protozoos, se alimentan de la materia orgánica presente en el agua residual, eliminando contaminantes.
- Lagunas de estabilización: Consisten en almacenar el agua en estanques poco profundos durante un período de tiempo prolongado, permitiendo la acción de microorganismos y la exposición al sol para la degradación biológica de los contaminantes.
Radiación UV
Además, como se ha dicho más arriba, está la radiación UV, que se utiliza en algunos casos por su buena capacidad para desinfectar el agua y eliminar microorganismos patógenos. El agua se hace pasar a través de una cámara en la que se expone a una fuente que emite radiación a una longitud de onda específica que es nociva para los microorganismos presentes en el agua, como bacterias, virus y protozoos, dañando su material genético y evitando su reproducción y actividad biológica. Como resultado, se logra una desinfección efectiva del agua residual.
La radiación ultravioleta se considera un método de desinfección respetuoso con el medio ambiente, ya que no requiere el uso de productos químicos adicionales, como el cloro. Además, la radiación ultravioleta no deja residuos tóxicos en el agua tratada. Pero no es suficiente por sí misma. Su uso debe combinarse con otros procesos de tratamiento, como la sedimentación, la filtración y la desinfección adicional, para lograr una calidad de agua adecuada para su reutilización en actividades como el riego.
