Hice estas fotos, que guardan bastante paralelismo, en una visita a Cáceres en 2014. Se trata de dos iglesias de esa sorprendente ciudad (la Gran Desconocida, le dicen): San Mateo y Santiago. Ambas fotos están tomadas desde los coros.
En ambos casos tomé 16 instantáneas, 8 para la mitad inferior y 8 para la superior. Así pude cubrir 360º en horizontal y unos 120º en vertical.
La iglesia de San Mateo creo recordar que me la abrió el sacristán, o quizá un sacerdote, gracias a la recomendación del director del museo que está al lado de la iglesia, con quien trabé amistad. Hice las fotos con trípode (que no es siempre el caso cuando hago panorámicas).
La iglesia de Santiago estaba abierta. Me colé en el coro siguiendo mi norma de cuando era reportero: es mejor pedir perdón antes de pedir permiso. Muchas veces he pedido permiso para hacer fotos que no deberían prohibirse porque no comprometen a nada ni a nadie y me han dicho que no.
Historias
La iglesia de San Mateo se encuentra en la plaza del mismo nombre, en el punto más alto de Cáceres. La empezaron a construir en el siglo XVI donde había estado una ermita mucho antes; el proceso de construcción duró nada menos que 300 años. Es un templo de estilo gótico dedicado a San Pedro, San Pablo y el propio San Mateo. Consta de una sola nave. En él están enterrados varios miembros de una misma familia poderosa de la época (entre otros difuntos ilustres).
En cuanto a la iglesia de Santiago de los Caballeros, está en el barrio al que da nombre, extramuros de Cáceres. Es antiquísima, pues su origen documental se remonta al siglo xii, si bien los restos más antiguos que se conservan son del siglo xiv. Pero los elementos más notables, como su capilla mayor o su sacristía, son del siglo XVI. Es de una sola nave, aunque muy amplia, que en la zona más próxima a la cabecera tiene algunas capillas con tumbas. Su destacado retablo mayor en madera tallada y policromada se debe al famoso escultor manierista Alonso Berruguete.
En esta iglesia hay un Cristo al que se le atribuye haber salvado de la muerte a dos homosexuales a finales del siglo XVI. Según la web caceresaldetalle.blogspot.com, la historia se supo porque estaba escrita en una tarjeta que se encontró accidentalmente en una hornacina. El texto decía así (adaptado ligeramente a la ortografía y gramática actuales):
En el año 1596 sacaron a ajusticiar a la Peña Redonda a dos muchachos por un pecado de que fueron acusados, y se quebraron dos veces los cordeles de los garrotes. Y estando el Santo Cristo enarbolado en manos de un Alcalde, a la vista de todo el pueblo se quitaron los clavos, y quedaron sueltos los brazos. Y visto el milagro tan evidente, los eclesiásticos y religiosos lo publicaron a voces y pusieron en libertad a los muchachos, y dos moros que estaban presentes, pidieron el bautismo y se convirtieron a nuestra santa fe católica.
