Para hacer frente a la amenaza de la caída de asteroides en nuestro planeta se están haciendo pruebas para desviar o destruir estos cuerpos celestes. Una de esas pruebas la hizo la Agencia Espacial Estadounidense (NASA) el 26 de septiembre de 2022 haciendo colisionar una nave contra el asteroide lunar Dimorfos. Ahora se ha llegado a conclusiones sobre las consecuencias del impacto, y una de ellas es que el cuerpo cambió completamente de forma. Se ha dicho muy gráficamente que era como una pastilla discoidal de caramelo y ahora parece que se le ha dado un mordisco.
La razón es fácil de entender. Dimorfos es una pila de escombros rocosos (desprendidos del asteroide Dídimos, alrededor del cual orbita Dimorfos) que se mantienen unidos por una gravedad débil. La nave de la NASA impactó contra el asteroide a una velocidad de 6,1 km por segundo, y debido a la colisión se cree que saltó al espacio el 1% de la masa total de este cuerpo, mientras que otro 8 % simplemente se desplazó. El impacto produjo un cráter, pero este fue rellenado a continuación por los escombros del asteroide, que tendieron a caer hacia el centro de gravedad.
Exitoso cambio de órbita
Aparte de esto, se consiguió el objetivo deseado de alterar la órbita del asteroide, siendo la primera vez que la humanidad logró cambiar deliberadamente el desplazamiento de un objeto celeste.
Antes del impacto, Dimorfos tardaba 11 horas y 55 minutos en orbitar alrededor de su asteroide anfitrión Dídimos, de mayor tamaño. Tras la colisión el periodo pasó a ser de 11 horas y 23 minutos, es decir, de 32 minutos menos. No se esperaba que cambiara tanto; la NASA había considerado que sería un éxito cambiar el periodo orbital en 73 segundos. El empuje contra Dimorfos se vio aumentado por la eyección de toneladas de material rocoso, del mismo modo que un chorro de aire que sale de un globo envía al globo en la dirección opuesta.

