viernes, 19 diciembre 2025

Los mosquitos se valen también de la radiación infrarroja para encontrar huéspedes

Al azar

Los mosquitos en busca de una comida de sangre utilizan diversas señales para localizar a sus huéspedes humanos o animales, como el dióxido de carbono exhalado por el huésped, su silueta y olores. Una vez cerca, también se guían por el calor emitido desde la piel, transportado por corrientes de aire. Investigaciones recientes han revelado un nuevo método que los mosquitos utilizan para detectar a sus objetivos: la radiación infrarroja. Esta capacidad podría permitir a los mosquitos detectar el calor corporal desde distancias mayores de lo que se pensaba anteriormente, añadiendo un nuevo nivel a su ya sofisticado sistema de rastreo.

Los científicos han sabido durante mucho tiempo que los mosquitos pueden detectar el calor de huéspedes de sangre caliente a través de corrientes de aire, una técnica que solo es efectiva en distancias cortas, aproximadamente 10 centímetros de la piel. Los investigadores han estado investigando la posibilidad de que los mosquitos tengan algún tipo de detección infrarroja durante décadas. En la década de 1950, se realizaron experimentos para determinar si el mosquito Aedes aegypti, portador de enfermedades como el dengue y el Zika, podía detectar el calor mediante radiación. Sin embargo, estos primeros estudios y otros posteriores no arrojaron resultados positivos.

Combinación de señales

En estos experimentos anteriores, los investigadores probaron la respuesta de los mosquitos a la radiación infrarroja en aislamiento. Sin embargo, estudios recientes han indicado que los mosquitos combinan diversas señales al buscar huéspedes. Se planteño la hipótesis de que, aunque la radiación infrarroja podría ser ineficaz por sí sola, podría proporcionar a A. aegypti una ventaja cuando se combina con otras señales, como el olor y el dióxido de carbono.

Infrarrojos

Para probar esta hipótesis, el equipo realizó experimentos en los que aclimató a los mosquitos en una jaula de malla especializada. Se colocaron dos placas termoeléctricas, cada una de 10 por 10 centímetros, una al lado de la otra frente a la jaula. Una placa emitía radiación infrarroja típica del calor corporal humano, mientras que la otra no lo hacía. Los investigadores se aseguraron de que no hubiera transferencia de calor a la jaula a través de corrientes de aire. Observaron el comportamiento de los mosquitos mientras se «movían y exploraban» la malla, tratando de encontrar una vena.

Los mosquitos mostraron un comportamiento de búsqueda de huésped muy débil cuando solo estaban expuestos a la radiación infrarroja. Sin embargo, cuando se introdujeron estímulos adicionales, como dióxido de carbono y olores de la piel de un guante usado, la presencia de radiación infrarroja duplicó la probabilidad de que un mosquito aterrizara en la malla en busca de una vena. Estos hallazgos sugieren que la radiación infrarroja puede guiar a los mosquitos desde distancias de hasta 70 centímetros, significativamente más lejos de lo que se pensaba. Los resultados se publicaron en la revista Nature.

Detección del infrarrojo

Los investigadores también exploraron cómo los mosquitos podrían detectar la radiación infrarroja. Descubrieron que las puntas de las antenas de los mosquitos contienen neuronas con receptores sensibles al calor. Al eliminar estas células quirúrgicamente, se eliminó la preferencia de los mosquitos por las placas que emitían infrarrojos. Identificaron un papel clave para la proteína TRPA1, un canal de membrana celular sensible al calor en estas neuronas. Los mosquitos que carecían de TRPA1 eran indiferentes al calor radiante, lo que indica que esta proteína es crucial para detectar la radiación infrarroja. Se sabe que TRPA1 ya funciona como un sensor infrarrojo en las serpientes y es altamente sensible al calor transportado en corrientes de aire en mosquitos y moscas de la fruta. Sin embargo, este estudio es el primero en demostrar que también puede detectar el calor radiante en insectos.

Además, los investigadores descubrieron que dos proteínas llamadas opsinas, también presentes en las puntas de las antenas de los mosquitos, pueden detectar el calor radiante. Suponen que las opsinas pueden amplificar las señales infrarrojas a intensidades más bajas, mejorando la capacidad de los mosquitos para detectar estas señales.

Control de mosquitos

Este descubrimiento abre nuevas vías para el control de mosquitos. Por ejemplo, Montell sugiere que en áreas con altas poblaciones de mosquitos, usar ropa holgada podría reducir las emisiones de infrarrojos del cuerpo, dificultando que los mosquitos detecten a los huéspedes.

La detección de calor infrarrojo podría ser particularmente útil para A. aegypti en entornos ventosos, donde seguir los olores humanos volátiles es un desafío. Sin embargo, es menos efectiva cuando las temperaturas ambiente son similares a las del huésped. Resulta importante que los mosquitos tengan múltiples señales sensoriales, ya que diferentes señales se vuelven más o menos prominentes en diferentes condiciones. La conclusión es que los mosquitos utilizarán cualquier señal disponible para localizar a sus huéspedes, demostrando su adaptabilidad y la dificultad en su control.

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