viernes, 19 diciembre 2025

Parte de las ventajas de los coches eléctricos se pierden por su gran tamaño

Al azar

Christian Brand, de la Universidad de Oxford, asegura en Nature que aunque los vehículos eléctricos han experimentado un crecimiento notable, representando ya un porcentaje bastante significativo de los nuevos automóviles vendidos, este cambio positivo se ve ensombrecido por el aumento en la producción y uso de vehículos grandes y pesados, especialmente los todoterreno.

A pesar de que estos vehículos son aproximadamente tres veces más eficientes energéticamente que los de motores de combustión interna, son en general más grandes y pesados, por lo que no solo requieren más recursos para su fabricación, lo que incrementa su huella ambiental, sino que también consumen más energía y generan mayores emisiones a lo largo de su ciclo de vida, disminuyendo los beneficios potenciales de la electrificación. Aunque la flota global se esté electrificando, las reducciones esperadas en el consumo de energía y emisiones podrían no materializarse a la escala y velocidad necesarias para cumplir con los objetivos climáticos globales.

El todoterreno da más beneficios al fabricante

Desde una perspectiva de mercado, los todoterreno representan los modelos más rentables para los fabricantes, ya que se venden a un precio superior, aunque sus costos de fabricación no son proporcionalmente mayores. Como resultado, las compañías producen menos modelos pequeños, ralentizando así la transición hacia vehículos más pequeños. Esta escasez artificial, junto con campañas de marketing efectivas, ha cambiado las preferencias de los consumidores.

Baterías más grandes, motores más potentes

Al mismo tiempo, esta tendencia genera una mayor demanda de baterías más grandes y motores más potentes, lo cual requiere más litio, cobalto y otros materiales críticos. La extracción y procesamiento de estos materiales son intensivos en energía y dañinos para el medio ambiente, exacerbando los problemas que la electrificación pretende resolver. Además, el peso adicional contribuye a un mayor desgaste de neumáticos y carreteras, lo que genera más emisiones de partículas, perjudiciales tanto para la salud humana como para el medio ambiente.

Necesidad de intervención

Para paliar estos problemas se requiere un enfoque integral que combine la intervención política, la innovación tecnológica y cambios en el comportamiento del consumidor. Los responsables políticos deben implementar regulaciones que desincentiven la producción y compra de vehículos más grandes y promuevan los más eficientes y de bajas emisiones. Esto podría incluir sistemas de impuestos basados en el peso, tamaño o potencia del vehículo, donde los impuestos aumenten con el peso y la potencia del vehículo, combinados con impuestos escalonados según las emisiones de CO2. Tales medidas incentivizarían la adopción de automóviles más pequeños y energéticamente eficientes.

En cuanto a la tecnología, los avances en las baterías que aumenten la densidad energética y reduzcan el uso de materiales son decisivas. Esto permitiría que los coches eléctricos más pequeños (y que, por tanto, solo pueden portar baterías pequeñas) alcancen autonomías que cumplan con las expectativas de los consumidores sin necesidad de baterías grandes e intensivas en recursos.

Por último, se necesita cooperación internacional para gestionar la demanda global de minerales críticos esenciales para las baterías de EVs. Al promover una economía circular y mejorar los acuerdos internacionales sobre prácticas mineras, podemos mitigar el impacto ambiental de la extracción de recursos y apoyar la transición global hacia la electrificación.

Relacionados

Dejar un comentario

Lo más visto últimamente

Lo más visto desde siempre

Descubre más desde TRIPLENLACE

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo