Esta impresionante imagen, adquirida por uno de los satélites Copérnico Centinela-2 el 2 de septiembre de 2024, captura la intersección entre la tierra y las dinámicas aguas del mar de Beaufort, en la costa ártica del territorio de Yukón, Canadá. En ella se pueden observar características geográficas clave como la isla Herschel (Qikiqtaruk), el banco de arena Avadlek Spit y el delta del río Firth, áreas todas ellas profundamente influenciadas por los procesos costeros y fluviales.
Uno de los elementos más llamativos de la imagen son los patrones de remolinos en el mar, indicativos de la presencia de sedimentos en suspensión. Estos materiales, transportados por las corrientes y mareas, provienen de diversas fuentes, entre ellas las desembocaduras de ríos, la remoción del fondo marino y la erosión costera, un fenómeno que se ha convertido en un desafío cada vez más preocupante en el Ártico.
Erosión y cambio climático en el Ártico
El Ártico es una de las regiones más vulnerables al cambio climático, y la erosión en esta área es una consecuencia directa del aumento de las temperaturas y la reducción del permafrost. Las costas árticas, en su mayoría compuestas de sedimentos congelados, se desmoronan rápidamente a medida que el hielo que las mantiene cohesionadas se derrite. Este proceso no solo modifica el paisaje, sino que también afecta la biodiversidad, los hábitats marinos y las comunidades locales.
Un caso emblemático de estos impactos es la situación en Herschel Island (Qikiqtaruk). En julio de 2024, científicos canadienses observaron cómo el mar de Beaufort avanzaba sobre la isla, amenazando con sumergir estructuras históricas asociadas con la industria ballenera del siglo XIX. Para evitar su pérdida, estos edificios fueron reubicados tierra adentro, lo que refleja la urgencia de adaptar la infraestructura ante la acelerada transformación del entorno.
Seguimiento por satélite
Las imágenes obtenidas por satélite desempeñan un papel fundamental en la observación de estos cambios. Gracias a su alta resolución y capacidad de detección multiespectral, estas imágenes permiten seguri la evolución de los ecosistemas costeros, el desplazamiento de los sedimentos y la progresión de la erosión a lo largo del tiempo.
El análisis de datos de satélite proporciona información básica para científicos y tomadores de decisiones, facilitando estrategias de mitigación y adaptación en las comunidades afectadas. A medida que el cambio climático sigue transformando el Ártico, el seguimiento continuo de estos fenómenos será clave para comprender y responder a sus impactos en el equilibrio natural de la región.

