viernes, 19 diciembre 2025

Un cilindro de hielo flotante se derrite en pentágono

El aumento de la temperatura de los océanos no solo acelera el derretimiento de glaciares, sino que también provoca su fragmentación y la formación de icebergs. Estos gigantes flotantes influyen en la dinámica oceánica y en la seguridad de la navegación, de modo que comprender su movimiento, su estabilidad y su impacto ambiental resulta cada vez más urgente.

Con este objetivo, un equipo de científicos de la Universidad de Nueva York y del Instituto Flatiron llevó a cabo un experimento sorprendente: observar cómo un bloque de hielo se derrite y se vuelca en un tanque de agua. Aunque pueda parecer un escenario simplificado, el proceso reproduce a pequeña escala lo que ocurre con los icebergs en la naturaleza.

El trabajo fue dirigido por Leif Ristroph, profesor asociado del Instituto Courant de Ciencias Matemáticas, y publicado en la revista Physical Review Fluids. Según explica el investigador, estos estudios ofrecen “conocimientos fundamentales sobre la física del hielo”, lo que resulta esencial para mejorar los modelos climáticos y la predicción meteorológica. El derretimiento del hielo se presenta así como una señal de alerta temprana del desequilibrio térmico del planeta.

Para el experimento, los investigadores fabricaron cilindros de hielo con gran pureza, sin burbujas, y los dejaron flotar en un tanque de agua dulce a temperatura ambiente. Durante el proceso de fusión, filmado cuidadosamente con cámaras, observaron que el hielo, al tiempo que se reducía en tamaño, sufría giros bruscos. En apenas media hora, los bloques podían volcarse entre 10 y 15 veces, buscando en cada ocasión una nueva posición de equilibrio.

Lo más llamativo fue la evolución de la forma del hielo. A medida que se derretía, el bloque desarrollaba bordes y ángulos, hasta adquirir una figura con aspecto de pentágono. Esta transformación geométrica no era trivial y sorprendió a los científicos. Para explicarla, desarrollaron un modelo matemático que integra la acción combinada de tres factores:

  • el peso del hielo,
  • la fuerza de flotación del agua,
  • y las fuerzas hidrodinámicas derivadas del movimiento durante cada vuelco.

El análisis reveló un detalle clave: el derretimiento ocurre principalmente bajo la línea de flotación, es decir, en la parte sumergida del hielo. La porción expuesta al aire apenas cambia, lo que genera una distribución de masa desigual. Con el tiempo, esta asimetría de peso hace que el bloque pierda estabilidad gravitacional y se gire.

De manera sorprendente, el giro no es aleatorio: el hielo tiende a rotar cerca de un quinto de vuelta en cada vuelco, lo que explica por qué la figura final tiende a estabilizarse con cinco lados.

Estos experimentos, que pueden observarse en el vídeo de cabecera, ofrecen una ventana clara a los mecanismos físicos que gobiernan el comportamiento de los icebergs. Más allá de la curiosidad geométrica del pentágono helado, los resultados muestran cómo el cambio climático, al modificar las temperaturas oceánicas, puede alterar de forma crítica la estabilidad del hielo marino y, en consecuencia, los ecosistemas y patrones climáticos globales.


Fuentes

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