viernes, 19 diciembre 2025

Nobel de Medicina 2025 para la tolerancia inmune periférica

Es el conjunto de mecanismos que impiden que el sistema inmunitario ataque a los propios tejidos

Al azar

Cada segundo de nuestra vida, millones de células inmunitarias patrullan el organismo en busca de intrusos. Detectan virus, bacterias o células anormales y las eliminan con precisión quirúrgica. Pero ese poder debe tener límites: si el sistema inmunitario se descontrola, puede volverse contra el propio cuerpo y causar enfermedades autoinmunes. Entender cómo se mantiene esa delicada frontera entre defensa y autodestrucción ha sido uno de los grandes desafíos de la biomedicina moderna.

El Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2025 reconoce a Mary E. Brunkow, Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi “por sus descubrimientos sobre la tolerancia inmune periférica”, un conjunto de mecanismos que impiden que el sistema inmunitario ataque a los propios tejidos. Gracias a sus investigaciones, sabemos que existen células especializadas —las células T reguladoras— que actúan como verdaderos guardianes del equilibrio inmunitario.

El peligro de un sistema demasiado poderoso

El sistema inmunitario es una maquinaria extraordinariamente eficaz, pero también potencialmente peligrosa. Sus linfocitos T y B pueden reconocer prácticamente cualquier molécula ajena, pero esa misma versatilidad encierra un riesgo: algunos de ellos podrían atacar proteínas propias del organismo.

Desde mediados del siglo XX, los inmunólogos sabían que el cuerpo dispone de mecanismos para eliminar esas células autorreactivas durante su desarrollo en el timo, un proceso conocido como tolerancia central. Sin embargo, este control no es perfecto: algunas células peligrosas escapan a esa criba inicial. ¿Por qué no desarrollamos entonces enfermedades autoinmunes de forma constante?

La respuesta llegó de la mano de los tres galardonados, quienes demostraron que existe una segunda línea de defensa, activa en los tejidos periféricos, encargada de mantener a raya a las células inmunitarias potencialmente dañinas. Este sistema, denominado tolerancia periférica, complementa la labor del timo y resulta esencial para preservar la salud.


nobelprize.org

Shimon Sakaguchi: el pionero

Shimon Sakaguchi / nobelprize.org

En 1995, el inmunólogo japonés Shimon Sakaguchi, de la Universidad de Osaka, se atrevió a desafiar la visión dominante. Por entonces, muchos investigadores creían que toda la tolerancia inmunológica se explicaba por los procesos del timo. Sakaguchi, sin embargo, observó algo intrigante: al eliminar un pequeño grupo de linfocitos T de ratones sanos, estos desarrollaban graves enfermedades autoinmunes.

Su conclusión fue revolucionaria: debía existir una población de células T con funciones supresoras, encargadas de impedir respuestas inmunes contra los tejidos propios. Las denominó células T reguladoras (o Treg) y abrió un campo de estudio completamente nuevo. Durante años, su hipótesis fue recibida con escepticismo, pero el tiempo y los experimentos terminaron por darle la razón.


Mary E. Brunkow y Fred Ramsdell / nobelprize.org

El gen que explicó el misterio: Foxp3

A comienzos de la década de 2000, dos investigadores estadounidenses, Mary E. Brunkow y Fred Ramsdell, aportaron la pieza genética que faltaba para completar el rompecabezas. En 2001, ambos estudiaban una cepa de ratones que sufría graves enfermedades autoinmunes y descubrieron que la causa era una mutación en un gen hasta entonces poco conocido: Foxp3.

Brunkow y Ramsdell demostraron que este gen era crucial para el funcionamiento del sistema inmunitario. En humanos, su mutación da lugar a una devastadora enfermedad infantil, el síndrome IPEX (Immune dysregulation, Polyendocrinopathy, Enteropathy, X-linked), caracterizado por una respuesta autoinmune masiva contra múltiples órganos.

Poco después, Sakaguchi logró conectar ambos hallazgos: Foxp3 es el gen maestro que dirige el desarrollo de las células T reguladoras. Sin Foxp3, estas células no existen, y el sistema inmunitario se descontrola. El ciclo se cerraba: las Treg eran reales, tenían una base genética clara y cumplían una función esencial en la tolerancia periférica.


Una nueva era para la inmunología

Los descubrimientos de Brunkow, Ramsdell y Sakaguchi transformaron la comprensión del sistema inmunitario. A partir de ellos, se consolidó el concepto de tolerancia periférica como pilar de la autorregulación inmunológica. Su trabajo explicó por qué la mayoría de las personas no desarrollamos enfermedades autoinmunes y, al mismo tiempo, abrió la puerta a nuevas terapias médicas.

En el ámbito de las enfermedades autoinmunes —como la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple o la artritis reumatoide—, se están desarrollando tratamientos que refuerzan o imitan la acción de las células T reguladoras, con el objetivo de restaurar la tolerancia perdida.

Por otro lado, en el cáncer, ocurre justo lo contrario: las Treg pueden inhibir las respuestas inmunes que destruirían los tumores. De ahí que muchos ensayos clínicos busquen bloquear selectivamente estas células en el entorno tumoral, para liberar al sistema inmunitario y mejorar la eficacia de las inmunoterapias.

Incluso el campo de los trasplantes de órganos se ha beneficiado de estos avances. Modular la actividad de las células T reguladoras podría permitir que el cuerpo acepte mejor los órganos trasplantados sin necesidad de una inmunosupresión generalizada.


Los galardonados

Mary E. Brunkow trabaja en el Institute for Systems Biology de Seattle, donde ha contribuido a integrar la genética y la inmunología desde una perspectiva sistémica. Identificó junto a Ramsdell (líder del grupo) y otros autores el gen Foxp3 en modelos animales, lo que fue clave para comprender los mecanismos moleculares de la tolerancia inmunológica.

Fred Ramsdell, cofundador de Sonoma Biotherapeutics en San Francisco, ha centrado su carrera en el desarrollo de terapias celulares basadas en la manipulación de las Treg. Su trabajo conecta directamente la investigación básica con la aplicación clínica, un puente esencial para la medicina de precisión.

Shimon Sakaguchi, profesor en la Universidad de Osaka, es una figura emblemática de la inmunología contemporánea. Su descubrimiento inicial de las células T reguladoras redefinió el mapa conceptual del sistema inmunitario y ha inspirado miles de estudios en todo el mundo.


Un equilibrio vital

El Nobel de Medicina 2025 celebra, en última instancia, un principio fundamental de la biología: la vida depende del equilibrio entre activación y contención. Gracias a los trabajos de Brunkow, Ramsdell y Sakaguchi, comprendemos mejor cómo el sistema inmunitario protege sin destruir, cómo distingue entre enemigo y aliado, y cómo el desajuste de esa frontera puede traducirse en enfermedad.

Sus descubrimientos no solo iluminan los mecanismos íntimos de la inmunidad, sino que abren horizontes terapéuticos que podrían transformar la medicina del siglo XXI.

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