miércoles, 27 septiembre 2023

Grandes desastres ambientales. 1: Fuga de gas en Bhopal

Al azar

Elena Trapero Jiménez-Tajuelo »

Trataré diez de los desastres ambientales más importantes en el mundo para que aprendamos todos de estos fallos, ya que muchos accidentes fueron provocados por errores humanos.

En muchos casos es por falta de dinero, de una mala situación histórica, o por cosas tan simples que pueden provocar un incendio interminable.

Como humanos que somos, tenemos razonamiento y nos equivocamos. Por eso, este artículo tiene el objetivo de enseñar, para que en el futuro intentemos no equivocarnos.


La ciudad de Bhopal es la capital del estado de Madhýa Pradesh, en la India. Hacia los años 50, cualquier cultivo alrededor del mundo sufría de unas plagas que devoraban todo a su paso. Lo único que tenían los agricultores era un producto denominado DDT, muy eficaz en las plagas pero también nocivo para la salud de las personas, ya fuera por contacto o por ingestión. Tan toxico que en algunos países se había prohibido su venta, aunque en los lugares pobres se seguía utilizando porque no podían obtener un producto que fuese eficaz, barato y que no fuese peligroso para el ser humano. Debido a esta necesidad, la empresa Union Carbide creó el insecticida sevin. (Esta empresa empezó fabricando material eléctrico: pilas, linternas, etc., pero más tarde se introdujo en la industria química, dedicándose a la fabricación de productos agroquímicos tales como herbicidas y pesticidas).

Fueron Harry Haynes, Herbert Moorefield y Joseph Lambrech quienes desarrollaron el producto comercial Sevin, que implicaba en su fabricación sustancias muy tóxicas como la monometilamina (metilamina anhidra) o el gas fosgeno. Estas sustancias reaccionan entre sí formando isocianato de metilo (MIC), una sustancia muy inestable y peligrosa en la industria química, que es la base del producto Sevin. Para saber el nivel de toxicidad del MIC, se probó (como siempre) en animales, descubriéndose que una dosis mínima destruía el aparato respiratorio de las cobayas, causaba ceguera irreversible y producía quemaduras químicas en la piel.

Esta sustancia era tan peligrosa que en países como Alemania y Francia se prohibió un almacenamiento superior a barriles de 200 litros. Esta empresa construyó una planta de elaboración del MIC en Virginia Occidental capaz de producir hasta 30.000 toneladas anuales. Por otra parte, el gobierno indio quiso mejorar el rendimiento de la agricultura, y los plaguicidas eran necesarios para contribuir a dicho desarrollo tecnológico y económico.

Y esta multinacional americana tenía lo que quería el gobierno indio, que le dio el apoyo necesario para ampliar las instalaciones en Bhopal ocupando hasta 7 hectáreas para fabricar Sevin. Se le permitió fabricar hasta 5000 toneladas. Mientras se ampliaba la planta, se transportaban barriles de 200 litros en camiones desde Bombay en pésimas condiciones de seguridad.

Fue en 1980 cuando empiezan a producir el MIC, lo que fue el principio de muchos problemas. La empresa contaminó aguas de unos pozos donde abrevaban animales, que murieron. En 1981 muere un obrero tras inhalar gas fosgeno, ignorando las normas de seguridad durante la descontaminación, quitándose la máscara protectora sin haberse disipado el gas, después de la fuga de una válvula.

En 1982, 25 obreros se intoxicaron con dicho gas tras una avería en una bomba sin ninguna medida de protección. En ese mismo año se produce la rotura de la abrazadera de una canalización del MIC provocando una nube toxica que no causa victima alguna, pero será precedente del desastre de 1984.

Sacos llenos de cráneos, Bhopal 2001 Cráneos descartados después de una investigación en el Hospital Hamidia. ©2001 GREENPEACE/RAGHU RAI

Dicho desastre comenzó por tres causas muy importantes:

  • Debido a dificultades económicas se tuvo que regular el empleo, reduciéndose la plantilla sobre todo de los técnicos y obreros especializados con contratos más elevados, quedando como sustitutos obreros no especializados con poco conocimiento de química y seguridad.
  • Se redujo el dinero para material, comprando de mala calidad y de poca duración.
  • A partir de 1983, la fábrica se para, funcionando cuando fuese necesario según la demanda de producto. Con la fábrica parada se paraban los sistemas de seguridad, la refrigeración de las cisternas del MIC, se desactivaba la torre de descontaminación y se apagaba la llama de la torre incineradora.

El desastre era inminente.

Planta de Union Carbide en Bhopal.

El 3 de diciembre de 1984 muchas familias bhopalíes asistían a un concurso poético al que acudió gran número de público de la región y de lugares lejanos, por lo que mucha gente disfrutaba en la calle con su familia, amigos y conocidos. Al menos un millón de personas estaban en dicha ciudad. Mientras, en la fábrica, media hora después de medianoche, unos obreros limpiaban con agua a presión el interior de unas canalizaciones de MIC, mientras miles de personas dormían en chabolas pegadas a los muros de las instalaciones. Dichos obreros, sin las medidas preventivas adecuadas, inyectaban el agua a presión contra las impurezas de las paredes como NaCl y restos metálicos que, junto con el agua, se filtraron en una cisterna con 42 toneladas de MIC conectada a otras dos cisternas con 21 toneladas en total.

Toda esta mezcla provocó una violenta reacción exotérmica que generó muchos gases. La presión de la cisterna pasó de 0,4 a 10,8 kilogramos por centímetro. El acero de la cisterna aguantó la presión, pero el gas buscaba salida y la encontró en unas válvulas que estallaron por sobrepresión. Dos altas columnas de gas se proyectaron hacia el cielo de Bhopal, lo que no se pudo impedir porque los sistemas de seguridad estaban apagados y la sirena de alarma desconectada, y los géiseres de gas eran demasiado altos para ser abatidos con las mangueras de agua. Debido al viento del norte, esta nube toxica se dirigió hacia el sur, donde está la ciudad.

Shekil Qureshi, supervisor del turno de noche, evacúa la fabrica en contra del viento y ningún empleado, excepto él, es afectado por los gases. El gas escapado se descompone en gas fosgeno, monometilamina y cianuro (ácido cianhídrico), que, al tener más densidad que el aire, se expande a nivel del suelo. El cianuro bloquea la acción de enzimas que transportan oxigeno hasta el cerebro, matando por insuficiencia respiratoria. El MIC ataca a los sistemas respiratorio y circulatorio, y la exposición a este gas durante minutos provoca la muerte por quemaduras químicas en pulmones. La gente caía fulminada en mitad de la calle, o se despertaban por no poder respirar, vomitando y con los ojos hinchados e irritados. En total 3.700 médicos atendieron victimas retorciéndose de dolor y echando espuma por la boca.

La nube toxica era 500 veces más peligrosa que las cámaras de gas alemanas y 150 veces más que el gas mostaza. Este accidente provocó daños genéticos y hormonales, provocó daños en pulmones, hígado, riñones y aparato digestivo. La toxicidad era 682 veces superior a la máxima permitida. En total murieron aproximadamente 20.000 personas, 150.000 sufrieron graves secuelas, murieron muchos animales tanto domésticos como de ganado. La cisterna que explotó estaba unida a otras dos con depósitos que eran todavía un peligro; por lo que, la única manera de deshacerse de ella era transformándolos en sevin. Helicópteros del ejército con depósitos de agua y bomberos provocan una lluvia artificial, abatiendo la nube toxica por si hubiese alguna otra fuga (por suerte no hubo más). La “Operación Fe” fue un éxito.16 días después del desastre, 200.000 personas regresan a sus hogares, aunque nunca estarán seguros, ya que se estima que muchas personas siguen muriendo por enfermedades relacionadas.

Union Carbide abandonó la fábrica sin responder aún por los daños causados. Las fuerzas de seguridad arrestaron a seis altos directivos, aunque fueron puestos en libertad pagando una fianza de aproximadamente 420 euros por homicidio por negligencia, homicidio involuntario, responsabilidad solidaria y otros cargos y obligados a pagar a los habitantes entre 403 y 581 euros, una miseria que no cubre los gastos médicos de cinco años. Por aquello, cada 3 de diciembre es el Día Mundial del No Uso de Plaguicidas.

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