domingo, 1 octubre 2023

La química (forense) nos vigila

Al azar

“Cada contacto deja un rastro” (Edmund Locard)

Milagros Lisón Gómez »

La Quimica Forense se basa en esa premisa de Edmund Locard,ya que cuando dos objetos entren en contacto, habrá un intercambio entre los dos.

Se ha avanzando muchos desde las novelas donde Sherlock Holmes o Hercule Poirot resolvían los crímenes con su astucia y pericia a la hora de observar la escena. Hoy en día la Química Forense nos abre un campo más amplio y rápido en cuanto a técnicas que dejarían a estos dos grandes investigadores con la boca abierta. Para demostrarlo contaré mi historia.

Una mañana de marzo nos dirigíamos mi gran amigo Juan, que es químico forense en la comisaría de Policía, y yo a comer cuando de repente otro coche chocó con el nuestro. No conforme con eso disparó hasta romper la ventanilla de Juan y después se dio a la fuga. Pasamos un miedo enorme, pero salimos ilesos de todo aquello. Fue tan rápido que no recuerdo apenas nada. Estuve en casa sin salir durante una semana hasta que Juan me llamó para decirme que habían cogido al causante de nuestro accidente. Me reuní con él para tomar un café y para que me contara como habían conseguido detenerlo tan rápido. Esto fue lo que me contó:

Gracias a la Química Forense lo tenemos entre rejas, mi laboratorio empleo distintas técnicas para llegar hasta el culpable –me explicó mi amigo.

Lo primero que hicieron fue coger muestras de la pintura que se transfirió en el accidente y la muestra pasó a ser observada en un fluorímetro, pudiéndose medir la fluorescencia, su intensidad y la distribución de longitudes de onda del espectro de emisión después de la excitación con la radiación adecuada. Y siguió contándome:

Con estos parámetros pudimos identificar la presencia y la cantidad de las moléculas de que estaba compuesta la pintura. Esa información nos llevó al tipo de pintura y en consecuencia a qué vehículos la tenían. Entre ellos salieron varios sospechosos que tenían antecedentes por robo . El día que nos embistió venía de robar un banco, por eso llevaba tanta prisa. Recogimos las balas del banco y la que entró por mi ventanilla; al compararlas observamos que eran del mismo tipo de arma. Sin tener al sospechoso no pudimos hacer un análisis de residuos en ese momento, pero el criminal nos dejo algo mejor, el arma. Robó un coche en la huida y se dejo el arma en el vehículo. Al comprobar el arma y ver que coincidían con nuestras balas procedimos a investigar de dónde procedía, pero nos encontramos con que su número de serie, que toda arma lleva, estaba borrado. Para restaurar ese número solo tuvimos que emplear una disolución de ácido nítrico en agua para que volviera a ser legible. Eso nos llevó al fabricante y al vendedor, que en este caso tenia un registro de las ventas. El arma podía ser robada, así que necesitábamos algo más que eso, con lo que procedimos a la búsqueda de huellas dactilares en el arma mediante polvos de carbón activado finamente tamizados. Debido a que la piel de los dedos tiene un compuesto oleoso, al entrar en contacto con el polvo se fijan en él de manera que es una huella completa para comparar en archivos policiales. En el coche también había restos de sangre que podían aportarnos más información sobre el criminal. Usamos la técnica de la enzima peroxidasa que está presente en la sangre y reacciona con los agentes químicos cambiando su color. Uno de los más utilizados es el luminol ya que es capaz de detectar sangre aunque solo existan trazas de ella. Con la huella y su ADN encontramos un nombre en la base de datos que nos aportó una dirección. La policía se dirigió hasta el lugar y allí lo encontraron en una situación bastante  lamentable ya que durante el accidente se hirió en una pierna con una bala perdida. Después de llevarlo a un hospital a que le curaran las heridas vino a comisaría y cogimos su ropa para saber si existían residuos de disparo todavía en ella. Hicimos un frotis que después depositamos en un microscopio de barrido electrónico acoplado a un espectrómetro de energía dispersiva y comprobamos que coincidía con los residuos que encontramos en el coche. Todas las pruebas apuntaban y demostraban que él fue el culpable.

Después de cómo habían conseguido cogerlo, yo seguía fascinada y hoy en día, gracias a él me dedico al mundo de la Química.

Así que ya sabéis, antes de hacer nada o cometer alguna imprudencia pensad que la Química nos vigila.

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Estas son sólo algunas de las muchísimas técnicas utilizadas en Química Forense. Para saber más se pueden consultar estas referencias:

  • ”Manual de Química Forense”. Patricia M. Caro. Ediciones la Roca 2004.
  • Web del laboratorio Lawrence Livermore Nacional, Forensic Science Center.
  • Y otras muchas webs de internet.
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