Miguel Rebollo Hernanz »

La melatonina, además de ser el complemento alimenticio que muchos toman sin control para poder pegar ojo cada noche, tiene muchas otras funciones. Este compuesto es una hormona secretada por la glándula pineal durante las horas de oscuridad, en respuesta a los cambios en la iluminación. Todo esto hace que típicamente se le llame la “hormona del sueño”.

La molécula se identificó por vez primera en el año 1958. Se trata de una indolamina, formada por un anillo heterocíclico indol unido a dos cadenas laterales: un grupo metoxilo y una amida. Se le conoce también por N-acetil-5-metoxitriptamina.
La melatonina se sintetiza, en respuesta a la ausencia de luz a partir del triptófano sanguíneo, aminoácido esencial ingerido con la dieta. Mediante una serie de reacciones enzimáticas el triptófano da lugar a serotonina, y esta a su vez a la melatonina.

Al ser una molécula anfipática, con una parte hidrofílica y una hidrofóbica, es capaz de atravesar cualquier membrana celular, y por lo tanto, tiene acceso a todas las células y todos sus compartimentos, pudiendo ejercer sus diferentes acciones en distintos órganos del cuerpo.

La melatonina presenta múltiples mecanismos de acción, y es por ello que se le atribuye un amplio abanico de efectos en el organismo. Funciona como regulador del ritmo circadiano, que es, más o menos, como el reloj que controla las horas de vigilia, en que estamos despiertos, y de sueño. La ausencia de luz induce la síntesis de melatonina, que es el “mensajero” que nos avisa cuándo es hora de dormir. La administración de melatonina como suplemento exógeno acelera esta regulación, mejorando así los síntomas de insomnio o los derivados del jet lag.
La melatonina es también un potente compuesto antioxidante endógeno. Ejerce un papel protector frente a radicales libres (ROS y RNS), como compuesto quelante, e, indirectamente, protege el organismo de la oxidación activando enzima detoxificantes: glutatión peroxidasa y glutatión reductasa. Debido a esta acción beneficiosa, la melatonina se recomienda para pacientes con tratamiento de quimio y radioterapia.
Como modulador del sistema inmune, la melatonina actúa sobre distintos receptores pudiendo aumentar la producción de anticuerpos, atenuando los síntomas de enfermedades autoinmunes e impidiendo el desarrollo de tumores, al activar linfocitos y macrófagos.
Ambas funciones, antioxidante e inmunomoduladora se suman en la inhibición de la proliferación de células cancerosas. La administración de melatonina reduce el crecimiento tumoral, principalmente, en cánceres dependientes de hormonas.

La melatonina parece también tener funciones como regulador del sistema endocrino. Tiene un efecto directo en el aparato reproductor femenino, donde regula la secreción de hormonas esteroideas.
Entre todas las funciones de la melatonina también se encuentra la de mejorar la salud cardiovascular. Puede actuar reduciendo la presión arterial sistólica, por su poder antioxidante, previniendo la arterioesclerosis, pues evita la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (colesterol LDL). Además presenta capacidad hipocolesterolemiante, antitrombótica y antiinflamatoria.
Últimas investigaciones han concluido que la melatonina podría modificar las proporciones de tejido adiposo marrón/blanco, pudiendo ser un potente aliado frente a la obesidad
Aunque la melatonina se encuentra en humanos, como neurohormona, se han encontrado niveles significativos de esta molécula en algunas plantas superiores. Aunque son bajos, comparados con la concentración sanguínea, pueden funcionar como suplemento natural.
La función de la melatonina en las plantas no se encuentra descrita al completo, regula su crecimiento, al igual que las auxinas, muy similares estructuralmente. Favorece la germinación y protege también a las plantas de la oxidación, retrasando la senescencia de las hojas, y de factores externos adversos como la sequía, la temperatura, etc.
Se ha encontrado melatonina en concentraciones importantes en frutas (fresa), hortalizas (tomate), cereales (avena), legumbres (altramuz), y otros alimentos vegetales (plantas medicinales chinas, almendra o mostaza).

No obstante, la suplementación de melatonina mediante la alimentación no tiene por qué basarse en la ingesta de alimentos ricos en este compuesto, sino también en alimentos ricos en su precursor, el triptófano, y del cofactor implicado en la síntesis, la vitamina B6.
A pesar de todos los efectos que se han descubierto acerca de la melatonina, todavía hace falta mucha investigación que permita comprender mejor todos los mecanismos de actuación de esta molécula, sí como sus efectos, tanto beneficiosos, como secundarios.
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