El elemento químico prometio fue descubierto en 1945. Sin embargo, 8 décadas más tarde solo se conocen muy pocos compuestos químicos de este elemento, y todos ellos sólidos simples como el óxido. Una de las razones es que el elemento es muy escaso (solo 1 kg de prometio natural en la corteza terrestre) y muy radiactivo. Ahora se ha conseguido enriquecer la química del prometio descubriendo un compuesto de coordinación o complejo que forma el catión Pm(III) con el ligando bispirrolidina diglicolamida. Este ligando es tridentado y los enlaces dativos con el Pm(III) los forman tres átomos de oxígeno de cada uno de tres ligandos, como se ve en la imagen:

Además de obtener el complejo, los investigadores lo han estudiado en profundidad y han comprobado que el ya conocido fenómeno de la contracción lantánida, que afecta al prometió, también lo experimenta este elemento en el complejo en disolución. La contracción lantánida es una disminución del tamaño de los átomos neutros y sus especies de estado de oxidación III a lo largo de la serie de los lantánidos, también llamada 4f en la tabla periódica.
Uno de los usos de la radiación del prometio es proporcionar energía a marcapasos. También ha encontrado aplicaciones en naves espaciales.
En su investigación los científicos usaron prometio-147, un isótopo con una semivida de unos 2,5 años. Lo recolectaron de desechos generados durante la producción de plutonio radiactivo.
Referencia
Driscoll, D. M. et al. Nature 629, 819–823 (2024).

