Carlos Arcos Collado »
Todos en alguna ocasión hemos visto ciertos automóviles normalmente de gama alta con unos faros delanteros que emiten una luz distinta, con un color entre purpura y azul que iluminan bastante mejor que los faros convencionales que la mayoría tenemos en nuestros coches con un color más amarillento. Lo más curioso de este tipo de luces es el nombre ya que el xenón en si no tiene un papel importante más allá del encendido inicial, pero entonces ¿Qué produce esa iluminación?
Este tipo de luces son producidas por lámparas compuestas por un bulbo tubular que contiene un tubo de arco compuesto por cuarzo fundido con un par de electrodos de tungsteno entre los cuales se sitúa una pequeña ampolla de cristal de cuarzo que contiene xenón, mercurio y algunas sales metálicas a una elevada presión

Todo comienza cuando entre ambos electrodos se forma una descarga eléctrica provocada por una gran diferencia de potencial entre ambos denominada arco eléctrico, el cual produce la evaporación de los componentes de la ampolla generándose luz, esa luz posee un rendimiento muy superior a las luces convencionales además de otras ventajas como: mayor alcance efectivo y una mayor vida útil alrededor de 2500 horas 5 veces más que las halógenas. Por otra parte esa luz generada es de tal intensidad que necesita por ley llevar instalado un dispositivo para controlar la intensidad y la altura de la luz y así evitar los destellos a otros conductores, este dispositivo se llama balastro que aparte de mantener estable y limitado el flujo de la corriente, también proporciona un pulso de arranque para iniciar el arco.

La bajada de precio de estos equipos hace cada vez más cercana la posibilidad de que este tipo de alumbrado sea implantado como el estándar en los automóviles por sus ventajas con respecto a la luz halógena y porque mejoran las condiciones de seguridad en la carretera.
BIBLIOGRAFÍA