La supremacía cuántica es un término en computación cuántica que se refiere al punto en el cual una computadora cuántica puede realizar un cálculo o tarea específica que sería prácticamente imposible o inalcanzable para una computadora clásica (tradicional). Esta noción no implica que las computadoras cuánticas sean mejores en todas las tareas que las computadoras clásicas, sino que hay ciertos problemas específicos en los que las computadoras cuánticas pueden superar significativamente a sus contrapartes clásicas. No obstante, todavía hay un largo camino por recorrer antes de que la computación cuántica se convierta en una herramienta de uso general.
Qbits
Las computadoras cuánticas utilizan qubits en lugar de bits clásicos. Mientras que un bit clásico puede ser 0 o 1, un qubit puede estar en un estado de 0, 1 o en una superposición de ambos, gracias a las propiedades cuánticas de superposición y entrelazamiento. Esto permite que las computadoras cuánticas exploren múltiples soluciones simultáneamente, lo que teóricamente les da una ventaja exponencial para ciertos tipos de problemas.
Ejemplo de supremacía cuántica
En octubre de 2019, Google anunció que su procesador cuántico Sycamore había logrado la supremacía cuántica. Sycamore completó en 200 segundos una tarea de muestreo de números aleatorios, que según Google, hubiera tomado aproximadamente 10 000 años en la supercomputadora clásica más rápida de ese momento. Aunque este ejemplo específico fue cuestionado y discutido en la comunidad científica, especialmente por la compañía IBM, que argumentó que la tarea podría ser resuelta por una supercomputadora clásica en un tiempo significativamente menor (unos pocos días), el anuncio de Google se considera un hito importante.
Importancia y limitaciones
Alcanzar la supremacía cuántica es un paso decisivo en el desarrollo de la computación cuántica, ya que demuestra que, en teoría, las computadoras cuánticas pueden resolver problemas más rápido que las computadoras clásicas en algunos casos específicos.
Sin embargo, es importante destacar que los problemas resueltos en la demostración de supremacía cuántica no tienen aplicaciones prácticas inmediatas. Además, construir y mantener una computadora cuántica es extremadamente complejo debido a la fragilidad de los estados cuánticos y la necesidad de operar a temperaturas cercanas al cero absoluto.

