En abril de 2023, los alrededores del parque estatal Washington Oaks Gardens, en Florida, rebosaban de vida: murciélagos, serpientes, águilas pescadoras y hasta un lince rojo merodeaban entre los árboles. Pero nadie los vio. En cambio, un equipo de científicos logró detectar su presencia analizando ADN suspendido en el aire.
Este innovador estudio, publicado en Nature Ecology & Evolution, demuestra que es posible usar ADN ambiental (ADNa) para detectar no solo animales, sino también microorganismos patógenos, especies invasoras y hasta rastros de ADN humano. Pero, como suele ocurrir con tecnologías tan poderosas, también abre un debate ético sobre los límites de su uso.
¿Qué es el ADNa y cómo se analiza?
Durante años, la ciencia ha utilizado el análisis de ADN presente en agua, tierra o aire para estudiar la biodiversidad sin necesidad de observar directamente a los organismos. El método más habitual, llamado metacodificación requiere semanas de procesamiento y se limita a buscar fragmentos específicos de ADN conocidos como códigos de barras genéticos.
En contraste, el nuevo enfoque usa una técnica más completa: la secuenciación por escopeta. Aquí, se analiza todo el ADN presente en una muestra de forma indiscriminada. Las secuencias se fragmentan, se leen en masa y luego se reconstruyen digitalmente. Gracias a nuevas tecnologías este proceso se ha vuelto más barato, rápido y portátil, con dispositivos que pueden conectarse a un portátil y dar resultados en dos días.
Una radiografía genética del entorno
El equipo recolectó aire de distintas zonas costeras de Florida usando bombas que filtraban el aire y también tomaron muestras de superficies donde el ADN se deposita. Repitieron el proceso en Dublín, una ciudad mucho más urbanizada, con resultados igual de sorprendentes.
En Florida, el ADN reveló la presencia de un lince rojo específico del norte del estado, murciélagos, serpientes y rastros de ADN humano con orígenes europeos, asiáticos y africanos. En Dublín, las muestras contenían material genético de 221 patógenos humanos diferentes, siete veces más que en Florida. Además, se observó una mayor diversidad genética humana, reflejo de su carácter cosmopolita.
Potencial científico… y preocupaciones éticas
El hallazgo representa un paso hacia la posibilidad de obtener una imagen genética completa del ambiente. Pero algunos científicos advierten sobre el riesgo de falsos positivos, ya que detectar un fragmento de ADN no siempre significa que el organismo esté realmente presente o activo. Por ejemplo, el equipo investigador detectó virus de la viruela bovina en muestras de agua marina de Florida, donde no se espera que circulen.
Más preocupante aún es la posible vulneración de la privacidad genética. Aunque el estudio solo identificó ascendencia general de las personas, los métodos podrían evolucionar hasta reconocer individuos concretos. Expertos en derecho genético alertan sobre su posible uso en vigilancia masiva por parte de gobiernos u otras entidades.

