lunes, 2 octubre 2023

¿Prohormonas o esteroides anabolizantes?

Al azar

Carlos Sánchez Navarro »

Para empezar daremos un breve resumen de lo que son ambos compuestos.

Las prohormonas (imagen superior izquierda) son compuestos que mediante una acción enzimática producida por el cuerpo se convierten en hormonas destino, anabólicas y androgénicas. Producen incrementos de fuerza y masa muscular como los esteroides anabolizantes (imagen superior derecha) pero con menor potencial dado que el mismo proceso de conversión enzimática resta efectividad al compuesto. Dependiendo de la asimilación de cada substancia ingerida será mayor o menor la actividad anabólica generada en el organismo.

El objetivo primordial de la venta de prohormonas, a mi parecer, es conseguir emular los efectos de los esteroides anabolizantes utilizando suplementos que puedan ser adquiridos en tiendas de nutrición en lugar de productos farmacéuticos. Esto, desde el punto de vista comercial, tiene grandes ventajas para sus creadores. Pero aquí es donde empiezan los problemas para los compradores.

Las prohormonas fueron introducidas en el mercado en 1996 por el reputado químico estadounidense Patrick Arnold, que desarrolló la androstenediona. Tuvieron un fuerte impacto en el mundo de la suplementación deportiva. Pero en el año 2004 la FDA estadounidense declaro todas las prohormonas como prohibidas, tal y como ya lo eran los esteroides anabolizantes.

El problema viene cuando es imposible hacer estudios sobre los efectos positivos y negativos de estos compuestos. Se siguen vendiendo en algunos países y aunque su uso es ilegal y daría positivo en controles antidoping siguen estando presentes como suplementos deportivos. La diferencia en cuanto a los efectos secundarios con los esteroides anabolizantes estriba aquí. Estos últimos, aunque están prohibidos en la práctica deportiva, tienen aplicaciones en tratamientos de diversas enfermedades, se venden en farmacias bajo prescripción médica y sus efectos negativos están contrastados y calibrados.(al margen de los laboratorios clandestinos que producen el mismo compuesto y lo comercializan en el mercado negro con dudosas credenciales de seguridad en su síntesis).

Con el uso de las prohormonas no es así. No tienen aplicaciones médicas, ni ningún médico te las recetará para mejorar deficiencias físicas. Además, no se pueden realizar estudios serios sobre sus efectos por estos mismos motivos. No tienen aplicaciones en la cura de enfermedades. Se utilizan como suplementos deportivos y nada más lejos de la realidad. Llegan a tener efectos similares a los anabolizantes de farmacia, menos potentes en cuanto a sus beneficios y con el riesgo de no saber que podrán alterar en tu organismo. Esteroides anabolizantes.

Prohormonas

Son versiones sintéticas de la hormona testosterona, pero inactivas. Un ejemplo claro es la testosterona.

La testosterona no es una hormona. Es una prohormona. Necesita ser reducida por una enzima, la 5-α-reductasa, para convertirse en dihidrotestosterona, que es la substancia activa y que realizará su acción farmacológica. Centrándonos un poco más en la primera prohormona que fue sintetizada daremos algunos datos sobre su formulación química y su proceso de conversión en testosterona y estrógenos.

Androstenediona

Es una hormona esteroide de 19 carbonos producida en las glándulas suprarrenales y en las gónadas como un intermediario en el proceso bioquímico que produce el andrógeno testosterona y el estrógeno estrona y estradiol. Su formula química es: 19 carbonos 26 hidrógenos y 2 oxígenos. C19H26O2. Su peso molecular es 286,4.

UMAs.

Su proceso de conversión lo ilustra la figura siguiente:

David Richfield /Wikimedia Commons

Existen muchos más compuestos prohormonales con mayor metabolización y asimilación por parte del organismo. Los hay ligeramente tóxicos para el hígado y poco androgénicos, teniendo un efecto mayormente anabólico y con menores efectos secundarios procedentes de la conversión en estrógenos…Y los hay también muy tóxicos para el hígado (recalquemos que este órgano se encarga de filtrar el compuesto y para que sea más asimilable por el organismo y no lo destruya en su paso se metilan para aumentar su resistencia al paso por el órgano hepático) y también potencialmente más androgénicos. Sus efectos sobre los niveles hormonales son muy elevados y el exceso de testosterona se compensa, para producir una homeostasis, con una elevación de los estrógenos, con sus consiguientes efectos no deseables (retención hídrica, ginecomastia).

En definitiva, tanto prohormonas como esteroides anabolizantes, tienen un gran potencial para producir mejoras en el estado físico de los deportistas, sean profesionales o simplemente aficionados, pero también tienen un gran efecto negativo sobre la salud general del cuerpo. No nos dejemos engañar por el aparentemente inofensivo aspecto de las prohormonas, con sus botes de colores a modo de suplementos deportivos seguros, pues son tanto o más peligrosas que los esteroides anabolizantes que se venden en las farmacias. Y esto es así básicamente porque con los segundos sabemos a que atenernos ya que han sido sometidos a estudios clínicos para posteriormente comercializarse. Con las prohormonas…es una lotería. Cualquier fabricante de suplementos puede introducir el compuesto X en su producto y comercializarlo a cualquier parte del mundo, dentro del frasco es inactivo, existe un vacío legal y los potenciales compradores harán de conejillos de indias y serán miembros del estudio clínico menos controlado de la historia…

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