Ricardo Valladares Zavala »
Palos de luz, barras químicas, glowsticks, barras de neón, tubos quimioluminiscentes…En fin, se preguntarán qué es todo eso que a muchos les sonara a chino. Pues bien todos estos nombres los recibe una sola cosa: unas barritas que nos encontramos en las discotecas en forma de pulseras, gafas, collares… Son las barras o palos cyalume.
En la década de los 60 la compañía norteamericana American Cyanamid comercializó este producto, cuya luminosidad se basa en la reacción del peróxido de hidrógeno, el oxalato de difenilo y una sustancia susceptible de experimentar fluorescencia. Todas ellas van contenidas en algún recipiente adecuado para el uso que se le quiera dar, que puede ser simplemente el de la diversión.
El compuesto fluorescente de las barras cyalume depende del color que queramos. Dentro de la barra una ampolla de vidrio contiene el peróxido de hidrogeno (agua oxigenada) y que está rodeada de una mezcla de la sustancia fluorescente y un derivado del oxalato de difenilo. Al doblar la barrita de plástico, la ampolla de vidrio se rompe y el peróxido de hidrogeno reacciona con el oxalato mezclándose y produciendo así la oxidación de este, resultando dos moléculas de fenol y una de 1,2-dioxoetanodiona:

La 1,2-dioxoetanodiona reacciona con la sustancia fluorescente y la activa:

Finalmente, el fluorescente se desactiva emitiendo luz (quimioluminiscencia).
Utilidad
Los usos de estas barras son muchos: En la pesca, colocándolas junto a los anzuelos algunos peces resultan atraídos (al igual que lo hacen muchos peces en las profundidades del océano). En decoración se pueden usar para iluminar una fiesta infantil (especialmente en Estados Unidos en la fiesta de Halloween). En las discotecas se regalan. En operaciones de rescate son muy adecuadas porque su luz no produce mucha energía, lo que permite que las usen los bomberos sin correr riesgos cuando hay fugas de gases, siendo más eficaces y seguras que una lámpara normal. En el buceo resultan muy practicas ya que pueden indicar a un buceador un punto de referencia o iluminar el camino que se sigue (así se ve en la película El Santuario).
Pasado un tiempo, lógicamente dejan de emitir luz porque los reactivos se agotan y el fluorescente deja de emitir fotones. Se pueden desechar en el basurero porque los productos no son tóxicos. No obstante, su durabilidad i se puede extender porque al calentarlas producen mayor luminosidad al intensificarse la reacción (al contrario, al enfriar la barra disminuyendo su luz).