Larissa Cantero Benítez »
El 96% de los organismos vivos actuales están compuestos por cuatro tipos principales de átomos: hidrógeno, oxígeno, carbono y nitrógeno, y son capaces de formar millones de moléculas mediante las uniones de estos átomos entre sí.
Los organismos son considerados vivos cuando son capaces de adquirir y usar energía. Además, deben estar formados por células (unidad fundamental de la vida). Estas están envueltas en una fina capa llamada membrana, que permite el paso de materias entre el interior y el exterior de la célula. Cuando la célula pierde la función del paso de materiales, no puede existir vida dentro de ella.
También procesan su propia información genética,, siendo capaces de replicarse a sí mismas.
El cuerpo humano vivo debe llevar a cabo diferentes reacciones químicas sí quiere mantenerse con vida. Así, debe transformar los alimentos en energía o crear hormonas que le permiten regular sus propias funciones orgánicas y vitales. Si alguna de sus reacciones químicas en sus funciones vitales es interrumpida, puede que no continúe con vida.
Existe química en los seres vivos por que nacen, crecen y se desarrollan por medio de procesos químicos. Los seres vivos son complejos y organizados y son capaces de realizar múltiples funciones para mantenerse con vida. El sistema circulatorio mueve la sangre por todo el cuerpo, llevando en su interior los nutrientes, el oxígeno, el dióxido de carbono o las hormonas a todo el cuerpo, dando vidas a las células que componen los tejidos y regulando sus propias funciones vitales para la vida.

La respiración también es un proceso químico, porque respiramos oxígeno (O2), que al ingresar en nuestro cuerpo se combina con carbono (C). Al exhalar liberamos esta nueva molécula llamada dióxido de carbono (CO2). Esta molécula puede ser absorbida por las plantas, las cuales se encargan de retiran el carbono, devolviendo únicamente el oxígeno, creando así un círculo infinito de transformaciones y reacciones químicas.
Por la química vivimos, ya que dentro de nuestro cuerpo se fábrican enzimas digestivas que metabolizan los alimentos: proteasa (proteínas), amilasa (almidones) y lipasa (grasas) y además realizan la función de catalizador que les permiten realizar reacciones mucho más rápidas. Las enzimas metabólicas, presentes en cada célula del cuerpo, ayudan a limpiar el organismo de desechos metabólicos y toxinas y proporcionan energía, reparando las células para su buen funcionamiento.
El cuerpo humano es verdadero laboratorio donde ocurren miles de reacciones químicas.
Referencias
