Lo que coloquialmente se conoce como gomaespuma (gomapluma en algunos países hispanoamericanos) se denomina más técnicamente espuma de poliuretano. Se trata de un producto con muchas aplicaciones por sus excelentes propiedades de aislamiento térmico, baja o nula absorción de humedad, adherencia y rigidez estructural o elasticidad, según se desee. Así, es bien conocido el uso de espuma elástica de poliuretano para fabricar colchones o esponjas; espumas semirrígidas para juguetes, calzados, vehículos (en los volantes); o rígidas (para aislantes de refrigeradores, entre otros usos).

Se trata de un compuesto químico muy fácil de sintetizar. Basta partir de un poliol y un isocianato, si bien se les pueden agregar aditivos para modular sus propiedades. Estas también se pueden modificar cambiando las proporciones de ambos reactivos. En la reacción, de carácter exotérmico, se libera CO2 y gracias a este gas se forman las burbujas que van a dar consistencia de espuma al poliuretano. Por esa razón, la reacción conduce a un gran aumento de volumen.


