Esta es una recopilación de noticias aparecidas en la prensa española entre 1853 y 1854 sobre un enfrentamiento a tiros en la Peña de los Enamorados, entre Antequera y Archidona (provincia de Málaga), para hacerse con el dinero de la recaudación de impuestos, y las consecuencias que el hecho tuvo. Los nombres de las personas implicadas han sido sustituidos por sus iniciales.
12 de noviembre de 1853
Dispuesto el recaudador de contribuciones de la villa de Archidona a venir a esta capital [Málaga] con todos los fondos recaudados, tuya noticia confidencial de que en el punto llamado la Peña de los Enamorados, distante una legua de Antequera, debían salir unos ladrones a robarle dichos fondos.
La España, 19/11/1853, n.º 1.729
En su virtud, puesto de acuerdo con el jefe de la guardia civil de aquel destacamento, quedó convenido en situar con anticipación alguna fuerza del cuerpo en las inmediaciones del punto designado y que al mismo recaudador lo acompañasen su criado, dos guardias de caballería y un vecino del pueblo, llamado don J. G., con un hijo suyo del mismo nombre.
Efectivamente, salieron de la expresada villa, y antes de llegar a la Peña de los Enamorados, al amanecer del sábado, se les presentaron de pronto nueve hombres armados, los cuales, sin dar la voz de alto, tiraron una descarga cerrada sobra el recaudador y sus acompañantes, resultando de esta un guardia civil herido y un caballo.
Emprendiose al momento la más encarnizada lucha, pues habiendo recibido los acometidos el refuerzo de los guardias civiles que estaban apostados más abajo y habían oído la descarga, tuvieron lugar de defenderse bizarramente, concluyendo al fin con la muerte de dos de los bandidos que se llaman F. Q. M. (a) Povedano y J. V., y la prisión de otros dos nominados M. I. M. y J. S. J., todos vecinos de Antequera.
Los ladrones estaban capitaneados por un tal S. S. (a) el Invisible, vecino de Archidona y hombre entrado en años, del cual se dice que se defendió con un valor digno de mejor suerte, pues lo hizo con piedras después de haber agotado los cartuchos. Este logró fugarse en compañía de otros cuatro ladrones, dos de los cuales se llaman J. R. y J. M. M., uno de Archidona y otro de Antequera. En su persecución salió la misma guardia civil que con ellos se había estado batiendo.
El capataz del cortijo de la Peña de los Enamorados, apenas oyó los primeros disparos, dio parte de lo que ocurría al señor marqués del mismo título, quien lo notificó a los señores alcalde de Antequera y conde de Cartaojal, los cuales, auxiliados de los dependientes de la ronda municipal, del destacamento de la guardia civil da aquel cantón, de varios carabineros quo se hallaban de paso, algunos vecinos que se prestaron voluntariamente v el indicado marqués, se presentaron en el sitio del combate en los momentos en que este había concluido, por cuya razón condujeron a la citada ciudad a los dos cadáveres y ladrones presos, procediendo en seguida a formar la competente sumaria.
Esta es la exactitud de los hechos ocurridos, sabiéndose por conducto fidedigno que tanto la guardia civil, de que quedaron dos individuos heridos de gravedad, como el recaudador y todas las demás personas que lo acompañaban, se portaron en esta ocasión con una bizarría extrema, debiéndoseles en gran parte el buen éxito del suceso.
Entre los pormenores de que de él se cuentan dícese, aunque no respondemos de su certeza, que uno de los ladrones muertos cayó primero herido pidiendo que no lo mataran, a lo cual accedió el recaudador acercándose a él para prestarle algún socorro, en cuyo acto el ladrón amartilló una pistola disparándola sobre aquel a quemarropa, aunque con la fortuna de que la bala le atravesó el sombrero solamente. A los pocos minutos había muerto el bandido.

Dos semanas más tarde
Escriben de Antequera manifestando la ansiedad que hay en aquella población por ver terminada la causa de los bandidos que en la mañana del sábado 12 del actual atacaron a la guardia civil y al recaudador de contribuciones de Archidona. Aquel territorio se halla con efecto en estado de sitio para esta clase de crímenes, por lo cual es de su poner que la jurisdicción militar entenderá en el de que se trata, hasta dejar satisfecha la vindicta pública, con la actividad de que otras veces ha dado tantas pruebas.
El Mensagero, 27/11/1853
17 de enero de 1854
Hoy deberán salir de esta ciudad [Málaga] suficientemente escoltados los reos J. S. J., M. I. M. y J. M. con dirección a Antequera, y J. R. para Archidona, donde deberán ser pasados por las armas en virtud de robo frustrado al recaudador de contribuciones de aquella villa y resistencia a la guardia civil en 12 de noviembre último, de que resultaron dos de estos heridos y dos caballos.
El Heraldo, 22/1/1854
El que los capitaneaba, llamado S. P. (a) Invisible, ha sido capturado y se halla en esta cárcel con una hermana suya, llamada M., tenida por cómplice.

20 de enero de 1854
El 18 a las dos de la tarde entraron en la cárcel de esta ciudad [Antequera], custodiados por una buena escolta
La Esperanza, 28/1/1854; La Ley, 10/3/1854, n.º 43
de infantería y caballería del ejército, los cuatro reos M. I. M., J. M., J. S. J. y J. R., viniendo de esa capital [Málaga], en donde fueron sentenciados por el consejo de guerra ordinario a ser pasados por las armas, los tres primeros en esta, y el cuarto en la villa de Archidona, por el conato de robo intentado en la angostura de la Peña de los Hermanos [sic], y resistencia a la guardia civil que custodiaba los caudales públicos, perpetrado en la madrugada del 12 de noviembre último.
Ayer, a las diez de la mañana, fueron puestos en capilla los referidos I., M. y S., después de oír con resignación la notificación de la sentencia, preparándose acto continuo a la confesión y demás actos religiosos con la mayar fe, circunstancia que aumentó la compasión que inspiran siempre los infelices que se hallan en tal estado. J. S. y el I. conservaron hasta el último momento gran serenidad; no así M., que tuvo que ir apoyado y casi sostenido por los sacerdotes que lo auxiliaban, y eso que desde su salida de esta ciudad había demostrado por el camino gran jovialidad, pasándolo todo él cantando y animando a sus compañeros, porque hacían las demostraciones de serenidad que él fingía.
La ejecución ha tenido efecto hoy a las diez de la mañana, como era consiguiente, extramuros de la ciudad, notándose menos concurrencia de la que en estos casos suele haber y se debía esperar, atendiendo a que no son muy frecuentes aquí estos actos de justicia. Mucho disgustó al público la particular circunstancia de no haber muerto a la descarga J. S., teniendo que acudir un soldado de los que estaban en reserva a rematarlo; esto sin duda fue por un leve movimiento que hizo el reo al querer conservarse bien sentado. Mañana conducirán a Archidona a J. R. para sufrir la misma pena el 23 en el pueblo que lo vio nacer.
Noviembre de 1854
A fines de la última semana ha salido custodiado con una fuerte escolta S. P. S. (a) Invisible, que deberá sufrir la pena de muerte en la villa de Archidona en cuanto llegue a ella. Este es el jefe de la partida de ladrones que meses pasados acometió para robarlo al recaudador de contribuciones de aquella villa, que conducía caudales a Antequera. Creemos que hace días estaba sentenciado a muerte.
Las Cortes, 15/11/1854
Dias pasados salió de Málaga escoltado por 80 hombres de infantería y cinco caballos el famoso capitán de bandidos conocido por el Invisible, que en el año anterior acometió con los suyos en la Peña de los Enamorados, término de Antequera, a un conductor de caudales de la nación que venía a entregarlos a esta capital. Lleva la dirección de Archidona, donde deberá ser pasado por las armas, a lo que ha sido sentenciado por el consejo de guerra.
El Parlamento, 25/11/1854

