domingo, 10 diciembre 2023

Encuentran en Argentina huellas bien conservadas de aves del terror

Al azar

Un equipo de paleontólogos de la Universidad Nacional de La Pampa ha encontrado las primeras huellas de fororrácidos (Phorusrhacidae) o ave del terror en un yacimiento de Argentina.

Estas aves eran parecidas a avestruces y vivieron principalmente en América del Sur durante todo el Cenozoico, desde el Paleoceno hasta el Pleistoceno, aunque también se han documentado especies en América del Norte y quizá en África, si bien esto último está en debate. Eran aves no voladoras con patas largas y picos fuertes. Se les da ese nombre porque algunas de sus especies eran superdepreradores que perseguían a sus presas hasta alcanzarlas y darles muerte hiriéndolas con el pico y las garras.

Medían entre 1 y 3 metros de altura y se considera que sus parientes más cercanos en la actualidad son las chuñas o seriemas, que miden alrededor de 80 centímetros de altura. La aparecido de restos en Estados Unidos convierte a los fororrácidos en los únicos grandes depredadores suramericanos que migraron hacia el norte durante el Gran Intercambio americano que siguió a la formación del puente terrestre del istmo de Panamá hace millones de años.

Hasta ahora se habían encontrado restos en Uruguay de una forma relativamente pequeña datados en un máximo de 100000 años. ​Los fósiles hallados en Argentina demuestran que la especie de allí tenían una altura de entre 1 y 2 metros y peso (las más grandes) de hasta 70 kg.

Las huellas han sido encontradas en un afloramiento costero del Golfo San Matías, en un pequeño canal cerca de la costa, y las dejó un fororrácido de tamaño mediano, probablemente de la subfamilia Mesembriornithinae.

Algunas pruebas hechas demuestran que las huellas fueron dejadas hace aproximadamente 8 millones de años cundo el animal corría a través de una marisma. Los paleontólogos estiman que tenía una altura de cadera de 0,81 m y corría a una velocidad de 2,74 m/s. La profundidad de las huellas sugiera que el ave tendría un peso de unos 55 kg.

El equipo cree que el patrón de las huellas muestra que estas aves habían desarrollado una clara adaptación para correr rápidamente y para matar a las presas atropellándolas y usando una garra de su pie.


Referencia:  Ricardo N. Melchor et al., First terror bird footprints reveal functionally didactyl posture, Scientific Reports (2023). DOI: 10.1038/s41598-023-43771-x

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