Un estudio reciente analizó las habilidades narrativas de la inteligencia artificial (IA) y concluyó que las historias creadas por la última versión de ChatGPT se asemejan bastante en calidad a las de los autores humanos. Sin embargo, cuando a los participantes se les dijo que la historia fue escrita por una IA (independientemente de si esto era cierto), tendieron a evaluarla de forma negativa, lo que revela una desconfianza y rechazo hacia la ficción generada por algoritmos.
Haoran “Chris” Chu, profesor de relaciones públicas en la Universidad de Florida y coautor del estudio, explica que la IA tiene capacidad para producir narrativas lógicas y coherentes, aunque aún es menos eficaz que los humanos para crear historias envolventes. Este potencial podría beneficiar a comunicadores en salud pública, que podrían aprovecharlo para generar narrativas persuasivas y promover conductas saludables, como la vacunación.
Chu y su colega, Sixiao Liu, realizaron el experimento exponiendo a los participantes a versiones de una misma historia, unas escritas por humanos y otras por ChatGPT, y luego modificaron las etiquetas de autoría para observar el impacto en las percepciones de los lectores. Dos elementos clave fueron evaluados: la «transportación» —o capacidad de absorber al lector en el relato— y la «contrargumentación», que refleja el impulso de analizar críticamente la historia.
Los resultados indicaron que, aunque las historias de IA lograban persuadir de manera similar a las de humanos, no alcanzaban el mismo nivel de «transportación». “Por ahora, la IA no escribe como un escritor de Hollywood”, concluye Chu, dejando abierta la posibilidad de que los autores humanos mantengan ventaja en el terreno de la narración creativa.
