lunes, 11 diciembre 2023

Vinos orgánicos

Al azar

Beatriz Torres Sánchez »

El ser humano ha empezado a preocuparse por la protección del medio ambiente y a consumir productos naturales. Esta preocupación ha llegado al mundo del vino, de ahí la aparición de los vinos orgánicos entre otros.

Los vinos orgánicos son un ejemplo de los vinos ecológicos; su elaboración debe seguir unos procesos desde el cultivo de las uvas hasta el embotellamiento del vino, que se explica a continuación.

El viñedo se considera orgánico cuando no se ha tratado con ningún tipo de pesticidas, fertilizantes, herbicidas o cualquier otro producto tóxico, aunque si que se puede utilizar ciertos productos permitidos que eviten enfermedades. Para la fertilización se utilizan productos naturales como el estiércol o el compost y para la protección del suelo se utilizan coberturas vegetales. Tampoco se puede utilizar maquinaria que dañe el cultivo (cosechadoras, tractores…).

Para la producción del vino orgánico la recogida de la uva debe ser manual, descartando uvas dañadas. En la fermentación del vino se utilizan levaduras indígenas o seleccionadas, sin modificaciones genéticas. Para la clarificación se utiliza proteínas naturales estando prohibido el uso de taninos. Se permite el empleo de frio y tierras filtrantes pero no grandes cantidades de dióxido de azufre.

El resto de los pasos que se llevan a cabo en la vinificación son comunes a los del vino convencional.

También se deben utilizar tapones de corcho natural entero para el embotellamiento y no se deben utilizar productos químicos para el lavado de barricas, botellas y corchos.

Para que el vino consiga la certificación orgánica, los organismos oficiales controlan tantos los procesos llevados a cabo en el viñedo como en la bodega.

¿Los vinos orgánicos son mejores que los convencionales?

Ni son mejores en cuanto al gusto, ni se aprecia prácticamente la diferencia en una cata, pero su diferencia es la cantidad de nutrientes: vitamina C, hierro, magnesio y fósforo que contiene el vino orgánico en relación al vino convencional.

Además en el vino convencional se utiliza mayor cantidad de nitratos que en el orgánico, compuesto que puede contaminar sobre todo el agua.

Las investigaciones han concluido que las uvas que son tratadas con fungicidas como es el caso de los vinos convencionales contienen un 80 % menos de resveratrol, componente que se encuentra en las uvas tintas y que disminuye el colesterol y la oxidación celular.

En conclusión los vinos orgánicos son mejores en todos los ámbitos aunque más caros debido a que su elaboración es más laboriosa y su producción es menor.

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