domingo, 1 octubre 2023

Ácido clorogénico: otra panacea adelgazante

Al azar

Luis Enrique Castillero  »

Los romanos se hinchaban de comer para procurarse placeres palatales. Después del hartazgo, queriendo evitar los indeseables efectos secundarios, vomitaban sus excesos. Dos mil años más tarde no hemos cambiado mucho, excepto que ahora buscamos en la química remedios para poder abrocharnos el cinturón tras meternos por la boca más de lo que nos cabe en el estómago. Aunque sin duda la química puede superar este desafío, el mejor consejo para adelgazar se lo oí a un médico muy sabio (como se lo podía haber oído a un muy sabio pastor): no comer. Pero, claro, los sacrificios, que los hagan en África.

Esta molécula de aquí arriba es nuestra protagonista. Como se puede apreciar, a pesar de su nombre no contiene ni un solo átomo de cloro, aunque sí muchos grupos alcohólicos, –OH, por lo cual es un polialcohol o, más propiamente, un polifenol. Sin embargo, la llaman clorogénico porque cuando se oxida produce una sustancia de color clorós (χλωρός), que es como los griegos llamaban al verde amarillento o verde claro.

El ácido clorogénico se produce por la unión (esterificación) del ácido cafeico y el alcohol conocido como ácido quínico..Abunda en las plantas, en cuyo metabolismo desempeña un papel importante. Especialmente está contenido de forma natural en café verde, producto que está de moda como supuesto adelgazante precisamente por su riqueza en ácido clorogénico. Su extracto se vende en pastillas.

Desde luego, algo hay de verdad en la alegación de esta propiedad porque parece probado que la sustancia inhibe la acción de la enzima gluocosa-6-fosfatasa, encargada de liberar glucosa en el flujo sanguíneo a partir del glicógeno almacenado en el hígado. La consecuencia es que, al verse carente de azúcar, el cuerpo quema sus grasas para obtener energía.

Pero… ¿qué tal si ingerimos menos azúcares y también menos grasas?

Dicen que se han hecho estudios que demuestran que los que toman mucho café tienen menos probabilidad de padecer diabetes tipo 2, lo cual se ha explicado por el beneficioso efecto del ácido clorogénico en el metabolismo de la glucosa. Lo que no garantizamos es que Morfeo venga temprano cada noche a sus habitaciones para recogerlos a ustedes en sus brazos. 

Por otro lado, al igual que muchos polifenoles naturales, el ácido clorogénico es un efectivo antioxidante, lo que le otorga supuestas propiedades anticarcinogénicas. Y para más anti, también destruye los microbios.

Un excelente producto químico amigo, como tantos otros.Pero antes de meterse en Google para ver dónde venden esas maravillosas pastillas, les pido que reflexionen sobre esta frase que oí una vez: “Muchos problemas de salud en Occidente derivan de que ingerimos muchas más calorías de las que necesitamos“.   

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