La foto que encabeza este texto es una panorámica del lugar donde se encontraba el polvorín del fortín de Almeida, Portugal. Actualmente allí se ubica el Museo Histórico-Militar de la villa, donde hice una exposición de panorámicas en 2014 de las que muestro aquí algunas.
En el verano de 2013, como una etapa más de mis viajes a ciudades completa o casi completamente amuralladas que tanto aprecio, visité Ciudad Rodrigo, en la provincia española de Salamanca. Estando allí supe de la existencia, a no mucha distancia, del pueblo portugués de Almeida, del que me dijeron que tenía una fisonomía muy particular, lo que despertó en mí un gran interés en visitarlo. Desde luego, no me defraudó.
Plaza fuerte
La Plaza Fuerte de Almeida se remonta al siglo XVII, pero posteriormente se realizaron reformas en ella hasta transformarla en la espectacular fortaleza estrellada que hoy conocemos y que se puede ver así desde el aire:

Como se puede apreciar, tiene forma de estrella de doce puntas o bien de dos estrellas superpuestas, cada una de seis puntas. Cuenta con seis baluartes y otros tantos revellines. Está rodeada de un foso de 12 metros de ancho y su perímetro es de 2,5 kilómetros. Llegó a albergar a 5000 soldados que servían más de cien bocas de fuego de diversos calibres. Se confrontaba con el Real Fuerte de la Concepción, situado a escasos kilómetros pero en el lado español de la frontera.
Esta es una de las puntas de la estrella:

En 1810 la plaza sufrió importantes cercos por los franceses, que acabaron conquistándola. La invasión causó una tremenda desgracia en la villa porque el impacto de un obús francés hizo estallar el polvorín, muriendo 500 defensores y quedando destruida gran parte del pueblo. Los portugueses la recuperaron al año siguiente.
Uno de los edificios más emblemáticos es una torre con reloj edificada donde estuvo una ermita románica destruida por la explosión. En la siguiente panorámica se ve la torre al fondo junto a los cipreses del cementerio y, en primer plano, un depósito de agua que es visible desde todas partes.

Por fortuna, actualmente esta historias militares son eso, historia, y hoy día este enclave militar es una pequeña villa que alberga a una pacífica comunidad de unos 1500 habitantes.
La exposición
Recuerdo que cuando visité Almeida en 2013 el color dominante era el amarillo. Pero al volver en la primavera del año siguiente el tono de los campos era muy distinto. Hice nuevas fotos, trabajé en ellas desde abril a mediados de julio y las expuse durante todo el mes de agosto de 2014 en el Museo Histórico-Militar, coincidiendo con unas fiestas de recreación histórica.

Este fue el cartel anunciador:

Esta es una panorámica del lugar donde está el Museo:

El acceso rodado principal al pequeño casco urbano de Almeida se hace por la puerta situada en el centro de la siguiente panorámica:

Los peatones usan más otra entrada en forma de túnel de la que tomé esta panorámica de unos 200 grados:

Finalmente, esta imagen es representativa del aspecto interior de la villa:
