En 1915 fueron descubiertos en una turbera del norte de Jutlandia (Dinamarca) huesos de tobillo y espinilla, una mandíbula y trozos del cráneo fracturado del que fue llamado Hombre de Vittrup, que vivió hace 5 milenios. Junto a los restos apareció un garrote. Un estudio en profundidad de los restos ha revelado detalles de su existencia que muestran las enormes capacidades de la actual ciencia forense.
El análisis del genoma sugiere que el hombre de Vittrup tenía ojos azules y que su piel y cabello pudieron haber sido algo oscuros.
Se presume que nació, hace algo más de 5000 años, en una comunidad de cazadores-recolectores mesolíticos de la zona que hoy ocupan Noruega y Suecia. Pero parece que Vittrup pasó su vida adulta al otro lado del mar, en Dinamarca, entre comunidades agrícolas cuyos antepasados habían llegado allí desde Oriente Medio unos siglos antes.
Esto se ha deducido a patir de la medida de los niveles de isótopos de carbono y nitrógeno en huesos y dientes, así como de restos de proteínas en los mismos. Se postula que Vittrup pudo obtener buena parte de sus calorías del océano cuando era niño, antes de pasar a la pesca de agua dulce y la caza silvestre cuando era adolescente y a una dieta que incluía cereales, lácteos y carne típica de las comunidades agrícolas desde la juventud. Incorporados en sus dientes, los investigadores encontraron fragmentos de proteínas de focas, ballenas y peces, pero también de ovejas y cabras.
No se sabe por qué pasaría de su tierra natal a Dinamarca, pero una posibilidad es que hubiera sido hecho cautivo y esclavizado, un destino no infrecuente en el lugar y la época, por coexistir numerosos grupos sociales. Otra posibilidad es que viviera como un comerciante de bienes que intercambiaban los agricultores y los cazadores-recolectores (por ejemplo, hachas danesas de pedernal a cambio de basalto del norte de Escandinavia).
Muerte violenta
Vittrup murió de modo muy violento probablemente cuando tenía poco más de treinta años. A juzgar por el patrón de routura del cráneo, le porpinaron al menos ocho fuertes golpes en la cabeza, quizá con el garrote que apareció junto a él. Una conjetura es que se tratara de un sacrificio ritual, ya que se han descubiero muchos casos similares.
No se sabe por ahora si Vittrup dejó descendencia, pero gracias a la secuenciación de miles de genomas humanos antiguos se ha comenzado a construir genealogías, por lo que no es inconcebible que algún día se pueda encontrar un pariente.
Referencia
DOI: 10.1038/d41586-024-00537-3

