Una adolescente que vivía en el actual Perú en tiempos de los incas fue sacrificada ritualmente en una cima andina entre 1440 y 1450 d. C., cuando tenía entre 13 y 15 años. Parece ser que gozaba de excelentes condiciones de salud. La causa probable de la muerte fue un fuerte golpe en el lóbulo occipital derecho que le fracturó el cráneo. Probablemente estaba arrodillada en ese momento. Todo esto se sabe por los numerosos estudios que se han hecho a su momia, que se halla muy bien conservada.
La llaman Juanita y ahora podemos ver cómo era aproximadamente su rostro gracias a una reconstrucción facial que han hecho en silicona científicos polacos y peruanos y un escultor sueco que ha invertido 400 horas en este trabajo. El busto tiene pómulos pronunciados, ojos negros y piel bronceada. Estos rasgos fueorn revelados por escáneres corporales y teniendo en cuenta estudios de ADN, características etnológicas, edad y complexión.
Condenada a muerte desde su nacimiento
La momia la descubrieron el andinista Miguel Zárate y el antropólogo estadounidense Johan Reinhard en 1995 a más de 6000 metros de altura, en el volcán nevado Ampato. Reinhard ha encontrado restos de muchos sacrificios humanos incas en lo alto de los Andes.
Se ha postulado que Juanita murió en una ceremonia de capac cocha, uno de los rituales del calendario inca consistente en matar a adolescentes que eran enviados desde las cuatro direcciones del Imperio en honor al dios Viracocha.
La momia estaba conservada en excelentes condiciones. En los estudis de tomografía y rayos X que se le realizaron se identificaron muchos de sus rasgos físicos, como que tenía una dentadura perfecta y huesos fuertes. Aproximadamente un año antes de su muerte le proporcionaron una dieta rica en proteína animal y maíz junto a grandes cantidades de coca y alcohol que sustituyó a la ingesta habitual de papas y vegetales.
Tenía en la mano su cordón umbilical, lo que hace susponer que fue seleccionada para ser sacrificada desde antes de su nacimiento o en el mismo momento de nacer.