Se dice a menudo que el primer químico que usó rigurosamente la balanza para pesar las cantidades de sustancias que reaccionan y se producen fue Antoine Lavoisier. Pero esa es una exageración, quizá atribuible a que este francés es el creador de la ley de conservación de masas en las reacciones químicas. Sin embargo, antes que él muchos otros químicos ya realizaron pesadas cuidadosas para estudiar reacciones o procesos metalúrgicos.

Un ejemplo es el inglés William Lewis, especialista en la metalurgia del oro, el hierro y el nuevo elemento que habían descubierto los españoles en aquellos tiempos y que Lewis denominaba platina (el platino). En la imagen de cabecera se observa el laboratorio de Lewis tal como aparece en el frontispicio de su libro más conocido, el Commercium Philosophico-Technicum, publicado en 1765 después de unos 15 años investigando en los metales. Se aprecian balanzas de precisión (a la derecha, junto a la ventana), alambiques químicos tradicionales, cucúrbitas, hornos, retortas de destilación. También se ven instrumentos mecánicos y para experimentos físicos. Se puede decir que este fue uno de los mejores laboratorios antiguos diseñados para la investigación rigurosa en química y física aplicadas.

Químico y médico
William Lewis, hijo de un cervecero, vivió entre aproximadamente 1708 y 1781 y además de químico fue médico, escribiendo libros relacionados con la farmacia, la medicina y los metales, como el citado. En 1745 fue nombrado miembro de la Royal Society y 9 años más tarde recibió la prestigiosa Medalla Copley “por sus numerosos experimentos realizados sobre la platina, que habría completado por completo, pero se vio obligado a detener sus investigaciones adicionales por falta de materiales”.

El platino
Quizá la frase anterior se refiera al hecho de que los ingleses disponían de pocas muestras de platino, metal que había sido descubierto en Colombia por Antonio de Ulloa, siendo traído a Europa en 1735. Uno de los primeros científicos británicos en mencionar la “platina” fue William Brownrigg; este había conocido una muestra del metal, que sorprendía entre otras cosas por tener una densidad mayor que la del oro, si bien inicialmente no se le encontraban aplicaciones y su precio era inferior o igual al de la plata.
En Inglaterra se desconocía el origen del espécimen, aunque se decía que quizá había sido traído de China por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. También se conocía en Jamaica, adonde había llegado desde Cartagena (Colombia). Luego se supo que se podía obtener mucho en las Indias Occidentales españolas, ya que las empuñaduras de las espadas, hebillas y algunas baratijas españolas estaban hechas de él. Los españoles tenían una forma de fundirlo en forma de aleación para hacer estos objetos. Pero no fue hasta principios de 1754 cuando Lewis obtuvo un suministro lo suficientemente grande de platino genuina para llevar a cabo exámenes químicos y físicos minuciosos. Lo recibió del que a la sazón era embajador británico en España. Por entonces el sueco Scheffer ya había examinado alguna platina que obtuvo cuando estuvo en España en 1745, y su trabajo fue publicado por la Academia Sueca de Ciencias.

Otros intereses
Pero aparte de sus interese metalúrgicos, Lewis tuvo muchos otros relacionados con la química y la física, como los tintes, los colores, el vidrio y la cerámica, el grafito, los dorados, el papel maché… Especialmente, sus investigaciones sobre el oro fueron muy importantes para comerciantes e industriales de la época, y asimismo las del hierro, en las que invirtió varios años. En 1767, la Sociedad para el Mejoramiento de las Artes, Manufacturas, etc., de la que fue fundador, le otorgó una medalla de oro por un ensayo sobre las “potasas”.

También ejerció una valiosa labor docente. Por ejemplo, ejerció de conferenciante y organizó cursos de química que tenían como objetivo “la mejora de la farmacia, los oficios y el arte mismo”.
Obras escritas
Como se ha dicho, su libro más conocida es el Commercium philosophico-technicum, or, The philosophical commerce of arts : designed as an attempt to improve arts, trades, and manufactures, cuya primera edición vio la luz en Londres en 1763 y pronto se hizo muy polar, llegando a convertirse en un clásico en la literatura de la tecnología química. Lewis quiso demostrar que la química podía aplicarse a la mejora de las artes prácticas y a satisfacer las necesidades industriales de la época.

Además publicó estos otros libros o artículos:
- A Course of Practical Chemistry, 1746.
- Pharmacopœia Edinburgensis, 1748.
- The New Dispensatory, 1753.
- Experimental History of the Materia Medica, 1761.
- Willhelm Lewis Materia medica oder Beschreibung der einfachen Arzneymittel, 1771.
- Neues verbessertes Dispensatorium oder Arzneybuch, in welchem alles, was zu der Apothekerkunst gehöret, nach den Londoner und Edinburger Pharmacopeen mit practischen Wahrnehmungen und Bemerkungen vorgetragen wird; aus dem Engländischen übersetzet, 1768/1772.
- The new dispensatory: containing 1. The elements of pharmacy, 2. The materia medica, or an account of the substances employed in medicine, 3. The preparations and compositions of the new London and Edinburgh pharmacopoeias; the whole interspersed with practical cautions and observations, 1799 (6ª ed.)
- Traducciones de las obras químicas de Caspar Neumann y del Sistema de práctica de la medicina de Hoffman.
- Artículos originales sobre platino: Phil. Trans. R. Soc. 48 (1754) 638–689 (Documentos I–IV), Phil. Trans. R. Soc. 50 (1757) 148–155 (Documento V) y Phil. Trans. R. Soc. 50 (1757) 156–166 (Documento VI).

Instrumentos de laboratorio
En el Commercium philosophico-technicum aparecen las siguientes imágenes de instrumentos del laboratorio de Lewis.



Referencias
- F. W. Gibbs. Platinum Metals Rev., 1963, 7, (2), 66
- William Lewis (scientist). Wikipedia.